• Necesita liquidez para sobrevivir antes de la junta de accionistas y del veredicto judicial para salir del concurso.
  • El tiempo apremia en la tecnológica: sólo dispone de diez días para lograr el apoyo del 75% de los acreedores.
  • Han pasado ya 20 días del visto bueno que esperaba conseguir a finales de agosto y, de momento, compra tiempo.
  • Las condiciones del último crédito (189 millones) son duras: el interés se acerca al 20% desde el 12,5% más Líbor.
  • Y ese crédito es para pagar otro de 116 millones suscrito con Talos.
  • El Consejo de Administración todavía no ha encontrado el modo de integrar las acciones A y B.
El tiempo apremia. Estamos a 19 de septiembre. Han pasado, por tanto, 19 días del plazo que se marcó Abengoa para recibir el visto bueno del 75% de los acreedores sobre los términos y condiciones para la reestructuración de su deuda y la recapitalización y convocar después la junta de accionistas (antes del 30 de este mes). Pero la empresa calla, mal síntoma. Y lo principal de lo que ha publicado, el plan, está en el idioma que dominan todo los españoles: el inglés. En fin, sea como fuere, la fecha para salir del concurso es el 28 de octubre, cuando ya debe estar en manos del juez de lo Mercantil toda la documentación para superar el trance. La junta debe convocarse con un mes de diferencia con esa referencia. Pero al margen de ese desenlace, Abengoa sigue necesitando liquidez en el día a día, bien para pagar a sus trabajadores, para frenar recursos contra la tecnológica, granos en previsibles en la aprobación del plan de rescate. Y es que se apruebe o no se apruebe ese plan, esos créditos van a ser el pan nuestro de cada día en la supervivencia de Abengoa, sometida a una carga financiera del 24% y con una consecuencia ineludible: su jibarización. A los acreedores -sobre todo, a hedges found (bonistas)- no les preocupa la gestión sino el cobro de intereses. De lo único que ha informado Abengoa desde el plan presentado en agosto es del inicio de las obras en el proyecto mexicano de El Zapotillo, uno de los principales proyectos en México (un acueducto para trasportar agua) y este lunes, a la CNMV una precisión: qué ecuación de canje entre las acciones A y B deberá someterse a la junta, todavía sin convocar. El Consejo de Administración tampoco ha encontrado la fórmula. En la imagen Antonio Fornieles y Joaquín Fernández de Piérola, presidente y consejero delegado de Abengoa. A lo anterior se une también otro crédito, el segundo en poco tiempo, por valor de 189 millones de euros -respaldado con 16 millones de acciones de Atlantica Yield y activos de filiales del grupo andaluz- y en el marco del plan de reestructuración financiera. También ha informado de este préstamo a la CNMV, este lunes. Con el crédito, contratado por su filial ACI, atenderá a la refinanciación de otro anterior (octubre de 2015) suscrito con Talos por 116 millones de euros. Ojo, porque el interés de esta línea es el índice Libor (en torno al 0,5%) más el 12,5% y si no paga en tiempo y plazo, otro 5% adicional. En suma, un interés próximo al 20%. Tengan en cuenta las comisiones de apertura y de participación. Otro de los créditos que ha recibido, también este mes, asciende a 200 millones para poder pagar nóminas. No deja de ser un adelanto de la aportación de 1.169,5 millones antes de final de año, 515 millones de ellos dinero nuevo. Y sobre el interés, ya les aclaramos que si ese dinero se devuelve en los primeros doce meses se le aplica un interés del 24% y para los que se pague después, en 47 meses, la carga financiera es del 20%, según la información de fuentes de la empresa a Hispanidad. La pregunta que nos hacíamos entonces sigue vigente: ¿Quién ha dicho que Abengoa se ha salvado, si el coste real de la financiación alcanza el 24%? Miriam Prat miriam@hispanidad.com