• Es la consecuencia más palpable de la homologación judicial del plan del rescate.
  • Se acabaron las reclamaciones al acuerdo: también las de Felipe Benjumea.
  • Siguiente paso: el próximo Consejo (día 15) para enterrar también la vieja Abengoa.
  • Y a partir del día 22 (junta extraordinaria) nace la nueva Abengoa, una ingeniería a secas.
Abengoa ya tiene el visto bueno del juez sevillano de lo Mercantil para escapar del fantasma que le ha perseguido durante un año: el concurso de acreedores. Se confirma así el fin de un capítulo, con el que se entierran todas las reclamaciones a la reestructuración pactada en agosto entre los bancos acreedores y los hedges funds. También las de Felipe Benjumea, que ha pretendido infructuosamente cargarse el acuerdo. El destino de la energética, ahora, queda en manos de Gonzalo Urquijo (en la imagen). Abengoa lo ha comunciado a la CNMV con pocas palabras: "el juez número 2 de Sevilla ha dictado auto declarando la homologación judicial del Contrato de Reestructuración y extendiendo" sus efectos "a los acreedores de pasivos financieros que no lo hayan suscrito o que hayan mostrado su disconformidad". Lo sustancial de esa homologación judicial ya se lo hemos contado. La principal novedad está en que es la primera vez en que un juez utiliza todos los resortes de la Ley concursal de Guindos para evitar una quiebra. El argumento esgrimido por el juez ha sido que si hay facilidad para un acuerdo, hágase todo para facilitar ese acuerdo. Y ha servido para frenar todas las impugnaciones, también la de Felipe Benjumea. Se ha dado prisa, además: ha tardado 12 días en resolver el caso, aunque tenía de plazo hasta el día 22, fecha de la junta extraordinaria de accionistas, en la que se aprobará el cambio en la estructura de propiedad y el nuevo Consejo de Administración, con Gonzalo Urquijo, hombre elegido por la banca para guiar los destinos de la tecnológica, al frente. El proceso judicial contra Benjumea por la vía civil seguirá, y es presumible que no entre en la vía penal. El motivo, la indemnización de 11,5 millones de euros que recibió por su salida y no se ha detenido. Es el mismo proceso que afecta al ex consejero delegado Sánchez Ortega por su indemnización de 4,5 millones. La homologación judicial extiende las condiciones pactadas  en agosto a todos y en todos sus términos. Y eso tiene una segunda secuela, también importante, que se resolverá la próxima semana, en la reunión del Consejo de Administración, el último antes de la junta extraordinaria. Ahí, en esa cita, se enterrará la vieja Abengoa. O lo que es lo mismo: a partir de ahí nace la nueva Abengoa, que también les hemos explicado, sobre dos prioridades de Gonzalo Urquijo: ni inversiones, ni endeudamiento. Limitadas las inversiones se limita también el riesgo y no hace falta apalancarse. Abengoa se reducirá a una ingeniería, que asumirá los proyectos, pero dejará la gestión para otros. Rafael Esparza