Juan Pablo II creó la fiesta de la Divina Misericordia, primer domingo tras la Pascua de Resurrección. Y con ella la indulgencia plenaria para todos los que ese día cumplan las normas habituales de toda indulgencia. 
Mi abuela era semi-analfabeta, pero no necesitaba que nadie le explicara en qué consistía una indulgencia plenaria. Hoy resulta necesario explicárselo hasta algún académico. Consta de cinco elementos:

  1. Confesar
  2. Comulgar.
  3. Rezar el Credo para reafirmase en las verdades de fe.
  4. Rezar un padrenuestro, para reafirmarse en el amor de Dios.
  5. Rezar por el Papa para reafirmar nuestra fe en la Iglesia.

Y eso además de una indulgencia, es una conversión, un volver a empezar.

San Juan Pablo II decretó para el domingo 28 indulgencia plenaria. Lo de las elecciones es de Pedro Sánchez

Pero lo más importante es la confesión, porque sin arrepentimiento, no puede haber cambio, sin cambio no puede haber mejora. Y esto vale para el individuo y para la sociedad, indistintamente.

Por cierto, toda la filosofía de Kowalska, que se une a la línea de casi todos los místicos que en el mundo han sido, se resume en cuatro palabras que compendian el abandono de la criatura en los brazos del Creador:
¿Y cuál es la filosofía de la era de la Divina Misericordia? Pues se resume en cuatro palabras, esas que figuran a los pies del retrato encargado por Faustina Kowalska. Jesús en Ti confío.

No vaya a ser que después de la era de la misericordia llegue la era de la justicia divina. De esa no se salva ni FG.