La Ley de Vivienda aprobada por el Gobierno Sánchez con el apoyo de sus socios, incluidos ERC y EH Bildu y que entró en vigor el 26 de mayo, es un desastre porque, lejos de garantizar “el derecho al hogar de todas las personas” (Raquel Sánchez dixit), lo que hace es frenar la obra nueva y disminuir la vivienda de alquiler. Una maravilla.

No lo decimos nosotros, sino BBVA Research, que este martes presentó su último informe ‘Situación España’. Atentos: “La nueva Ley de vivienda no incentiva la construcción de obra nueva, tanto para ofrecer en alquiler como para ser adquirida. Por el contrario, introduce desincentivos al facilitar la limitación de los precios; al introducir incertidumbre e incrementar la regulación, sobre todo para los grandes tenedores de vivienda (lo que va en contra de la eficiencia del sector y su competencia); o aumentando la rigidez en los contratos de alquiler”, afirma el documento.

Ni siquiera las promesas de Sánchez: “Los anuncios para incrementar los inventarios de vivienda pública son bienvenidos. Sin embargo, existen dudas sobre la suficiencia de los recursos destinados o sobre la idoneidad de la localización de los activos que se adquirirán o donde se desarrollará la obra pública”, sentencia.

Vamos, un desastre en toda regla que, no obstante, será utilizado como reclamo electoral del PSOE para el 23-J.

En cuanto a las previsiones económicas, el servicio de estudios del BBVA sitúa el aumento del PIB en el 2,4%, frente al 1,6% previsto en marzo, y en el 2,1% el de 2024, frente al 2,6% anterior. Es decir, aumenta la previsión para este año, principalmente por la buena evolución de las exportaciones, pero la rebaja para el que viene por la elevada incertidumbre que todavía planea sobre la economía mundial.

Por cierto, según el Gobierno, la economía española crecerá un 2,1% en 2023 y un 2,4% en 2024.