Telefónica vale hoy en bolsa, lunes 10 de noviembre, unos 20.500 millones de euros, esto es, casi 3.900 millones menos que hace una semana. La víspera del desastroso martes 4, las ‘telefónicas’ valían 4,29 euros cada una, y eso que esa jornada cayeron un 2,17% por el anuncio de reducción del dividendo, en 2026.

Para entendernos, no es extraño que, tras presentar un nuevo plan estratégico, la empresa en cuestión baje algo en bolsa, pero lo habitual es que se recupere, al menos parcialmente, al cabo de pocos días. Más aún si el plan contempla una fuerte reducción de costes, por ejemplo, con un ERE.

Los inversores no creen en el ‘Transform & Grow’ de Marc Murtra, ni tampoco en los 8.000 millones de euros que tendrá disponibles, según la compañía, para futuras adquisiciones. Millones que saldrán de la venta de Hispanoamérica (están pendientes Chile y México… y Venezuela, aunque poco se podrá sacar de ella), de los ahorros de costes del ERE, del recorte del dividendo, de la venta de inmuebles, incluida la sede de Gran Vía y el Distrito C…

Es decir, dinero ingresado con extraordinarios y a costa de jibarizar la compañía. Y ojo, es liquidez que se ingresa una sola vez, no es recurrente. Porque ese es el mayor problema de Telefónica: “No crece ni tiene perspectivas de hacerlo”, como afirmó Glen Chapman, director de Estrategia de Renta Variable y Crédito de Banco Sabadell, en una entrevista en Hispanidad.

En otras palabras, el ‘Transform & Grow’ se ha quedado en ‘Transform & Fall’. Telefónica tiene un serio problema de facturación y una empresa que no factura no puede salir adelante y mucho menos crecer. Así lo han visto los inversores, de tal manera que, desde el lunes 3, la cotización ha caído más un 15%... y ya veremos cuánto más lo hará. En ese mismo periodo, el Ibex ha subido alrededor de un 1,3%. De momento, este lunes se deja otro 1%, frente al Ibex que sube alrededor de un 1,4%.