Nuevos cambios en la dirección del Santander y van... Ana Botín ha prescindido del que fuera su hombre de confianza cuando accedió a la Presidencia, Víctor Matarranz, quien, tras dirigir su Gabinete, pasó a convertirse en el máximo responsable de gestión de activos y de seguros. 

Pues bien, no ha durado mucho. La verdad es que, mal hábito, se le ascendió pero no se le permitió nombrar a su propio equipo, y claro, cuando no le debes el cargo al jefe consideras que le debes menos.

Aún más asombroso resulta quién le sustituye, Javier García Carranza, hasta ahora presidente de Merlin Properties, en representación del Santander. Hablamos de uno de esos personajes a los que antes se calificaban como "el seis pesetas". O sea, más que duro.

Pero lo que realmente llama la atención es que a Carranza se le sitúa al frente de la gestión de activos, importantísima función pero alejada de su experiencia que, desde Morgan Stanley apenas, tenía que ver con el cliente final. 

En cualquier caso, Ana Botín realiza otro cambio y los cambios continuos en la dirección son siempre peligrosos. 

Además, el Santander ha implantado el sistema de doble obediencia, por el que cada alto directivo rinde cuentas al responsable de su país y, la mismo tiempo, al responsable de su departamento. Dicen que el modelo funciona, pero recuerda mucho al de la Guardia Civil, que siempre dependió de dos ministerios, Interior y Defensa... por lo que se corría el riesgo de que no dependiera de ninguno.