Hoy, día 27 de abril de 2023, el grupo Abanca ha publicado sus resultados a cierre del primer trimestre del año 2023. Período en el que ha mejorado de manera importante su cifra de beneficio recurrente respecto al primer trimestre del año 2022. Buena racha lleva el grupo, parece que le está sentando muy bien la actual estructura alcista de tipos de interés. Superar los resultados de 2021 tiene mucho mérito, ya que este fue un período en el que afloraron grandes resultados debido principalmente al decremento de su partida de provisiones y deterioros originados por los efectos de la pandemia en sus cuentas de activo en un 49,2%.

El beneficio atribuido a la sociedad dominante de Abanca ha sido de 105,2 millones de euros, un 29,6% superior a la cifra obtenida a cierre del primer trimestre de 2022. La bondad de la evolución del resultado recurrente se debe principalmente al abultado incremento del margen de intereses. Ello a diferencia de lo que ocurrió en períodos anteriores, en los que la evolución del resultado se debía al importante descenso de la partida de provisiones y deterioros. De hecho, en este pasado trimestre, el grupo ha aumentado sus provisiones y deterioros en un 49,9% respecto al mismo trimestre de 2022.

El margen de intereses ha aumentado en un 47,4%, situándose en 252,3 millones de euros. Evolución que disminuye entre períodos cuando se incluye la partida de ingresos por prestación de servicios, hasta llegar a un incremento interanual entre períodos del 36,5% en el margen básico del grupo. De igual manera se aprecia un aumento en el margen bruto -margen básico más el resultado de operaciones financieras-, aunque en menor porcentaje que el margen básico, situándose en una cifra superior en un 13,8%. Ello pese al fuerte incremento de los costes regulatorios e impuestos. Este incremento interanual del margen bruto viene explicado principalmente por el incremento del resultado de las operaciones financieras, en un 38,8% en iguales términos comparativos.

Abanca sigue remunerando la subida de tipos de interés a sus clientes e incluso con una estructura de tipos de interés no tan alcista como la del cierre de 2022. Si un cliente trae su nómina a Abanca, este le otorga 300 euros, más un 2% para saldos hasta 15.000 euros el primer año.

La solvencia se ha deteriorado, al igual que ocurrió en la comparativa de los años anteriores. La principal ratio de solvencia, CET1 (Common Equity Tier 1) ha disminuido en 30 puntos básicos, pasando de un 12,6% a un 12,3% al cierre del primer trimestre de 2023. Respecto a la liquidez, Abanca informa de que sus ratios (LCR y NSFR) cumplen la vigente normativa de Basilea III. Está bien cumplir con los ratios que exige la normativa, si no el grupo estaría en graves problemas, si bien su LCR sigue descendiendo período tras período en iguales términos comparativos. Ello no es del todo malo y se puede explicar. El grupo necesita liquidez para aprovechar la actual estructura de tipos de interés, invirtiendo en activos menos líquidos como, por ejemplo, préstamos a minoritas. En concreto, la concesión de crédito a particulares y empresas ha crecido en un 1,8% en términos interanuales.

El LCR del grupo en el primer trimestre de 2023 ha sido de un 204%, inferior en 3.300 puntos básicos a la misma cifra a cierre del cuarto trimestre de 2022. Sin embargo, el grupo ha aumentado su ratio de liquidez NSFR hasta un 123%, desde el 120% obtenido a cierre de 2022.

Tranquilos, no nos olvidamos de los afamados morosos, ese indicador de calidad de los activos de los bancos que se puso tan popular en 2008 tras el estallido de la crisis económico financiera. La ratio de morosidad de Abanca a cierre del primer trimestre de 2023 ha aumentado ligeramente desde el primer trimestre de 2022, en 10 puntos básicos, hasta situarse en el 2,2%. De manera comparativa con el resto del sistema financiero, el grupo tiene una ratio de morosidad inferior en 80 puntos básicos.

Como conclusión, cabe destacar que ha incrementado sobremanera su resultado recurrente respecto al mismo trimestre del año anterior. Sin embargo, ha empeorado su ratio de morosidad, aun así está muy por debajo de la ratio del sector, y también ha disminuido su ratio de liquidez LCR con el fin de aprovecharse de la estructura alcista actual de tipos de interés.

En resumen, la mora repunta y eso resulta preocupante pero sigue por debajo de la media del sector. No olvidamos que los impagos serán la clave del negocio, en esta nueva etapa de tipos 'normales', que no altos, que ya han tenido una influencia decisiva en el margen de intermediación, que no mostraba una pujanza tal desde 2016.