Jaume Roures, el hombre de Mediapro, se define como comunista y anticlerical, pero lo cierto es que es un personaje muy leal, especialmente a sí mismo. Y un poquito ambicioso. Quiere hacerse con el Barcelona FC, y eso es lo único que no lleva mal encaminado. Pero también pretende hacerse con Fundación Caixa, matriz de Criteria y de Caixabank y con poner un pie en Telefónica, que también le interesa. Pretende hacerse con Atresmedia, de donde fue consejero, a través de La Sexta.

Lo de Caixa es de libro, porque Roures lleva años obsesionado con la figura de Isidro Fainé, para él lo peor que se puede ser en esta vida: católico. Y encima un señor que ha conseguido crear la fundación más grande de Europa.

Su fortuna, Roures la forjó gracias a una alianza antinatural con su amigo Javier Tebas presidente de la Liga de Fútbol Profesional, es decir, gracias a los derechos del fútbol. Digo antinatural por cuanto Roures se autocalifica de comunista mientras Tebas considera que Francisco Franco era un peligroso liberal de izquierdas.

No es independentista, pero sí partidario del derecho de autodeterminación... y a ver si me atan esa mosca por el rabo. Y en esa indefinición 'rogelia', ha conseguido formidables relaciones con el PSOE, con Podemos y con la sucursal catalana de doña Ada Colau. Con el PSC hay que aclarar que se entendía mejor con Iceta que con Salvador Illa, que no se fía de él, y con Junts y con ERC, hoy peleados. 

A todo esto, ¿Quienes son los amigos de Roures? Pues esto también resulta bello e instructivo, Es cierto que su relación personal con Sánchez siempre ha sido un tanto distante, pero no así con sus próximos, sobre todo con Miguel 'Cubanino' Barroso, el líder de PRISA y con su compañero de fatigas, Miguel Contreras.

Roures sueña con una nueva operación PRISA (o INDRA), en la que junto a Oughourlian y el inefable Barroso, comprar el 5% de la operadora en manos del BBVA

Recientemente, como adelantara Hispanidad, se pudo ver a Roures para sorpresa de otra la operadora, negociando con el Gobierno peruano en nombre de Telefónica. Y quien le facilitó la entrada a dicha reunión, allí en Lima, donde, sólo por recordar, Roures no pintaba nada, fue su amigo, el consejero socialista de Telefónica, Javier de Paz.

¿Y de euros, cómo va? En teoría Roures está a la cuarta pregunta y más del 80% de su empresa figura en manos de un fondo chino. Ahora bien, ¿los fondos chinos dejan hacer y ni aparecen en la gestión, cuando controlan más del 80% del capital? ¿En serio? 

Pues bien Roures presume de que Podemos Y ERC, los grandes apoyos de Pedro Sánchez para terminar la legislatura, están dispuestos a presionar al presidente del Gobierno para subordinar su apoyo a la entrega del mayor grupo empresarial y financiero de Cataluña a la izquierda catalana, es decir, a Podemos, ERC... y Roures.

Lo que sí es cierto es que en Podemos certifican que la petición existe, aunque ni ellos mismos tienen mucha confianza en que Moncloa ceda. Pero ya saben, que el voto de ERC hay que sudarlo... 

Naturalmente, Jaume Roures, una ambición con patas -y generalmente sin poner un duro- sólo aporta este dato cierto: que su amigo Pablo Iglesias intenta convencer a Oriol Junqueras, y a Gabriel Rufián para que Roures controle la Fundación Caixa, propietaria de Criteria y Caixabank y con un pie en Telefónica.

Y todavía hay otro objetivo: Roures sueña con una nueva operación PRISA (que se pretende repetir en INDRA), en la que, junto a Joseph Oughourlian y el inefable Barroso, se formaría un grupo de empresarios para adquirir el 5% de la operadora en manos del BBVA. Pero tranquilos, Roures necesita para ello 1.000 millones de euros. ¿Puede conseguirlos? Sí, pero ya son palabras mayores para un conspirador.

En cualquier caso, su principal objetivo es La Caixa. Además, desde la Fundación donde no hay que poner dinero sino influencia, controlarían Criteria, Caixabank... y un 5% de Telefónica. 

¿Lo conseguirá? Yo creo que no, pero el peligro no está en él, ni en ERC, ni en Podemos. El peligro sólo es uno. Radica en que el presidente del Gobierno se llama Pedro Sánchez Pérez-Castejón, y todos sabemos que, con tal de mantenerse en su sillón monclovita tan sólo un día más, es capaz... de muchas cosas, también de la expropiación más vergonzosa de toda la historia democrática de España.