Pocos días después de las elecciones del 23-J, tras la amarga victoria de Alberto Núñez Feijóo, Pedro José Ramírez decidió que el presidente del Gobierno seguiría siendo Pedro Sánchez. Buen olfato político, el de este chico. Por tal razón, invitó a comer a un nutrido grupo de ministros de don Pedro, en su domicilio madrileño del Paseo de la Castellana, convertido ahora en el salón gastronómico de mayor poderío de la capital de España. Eran más de ocho los invitados pero alguno excusó su asistencia. Y es que justo el día anterior, casi todos ellos almorzaron en casa del socialista Javier de Paz, consejero ejecutivo de Telefónica. Al parecer, la fiesta se extendió durante horas y, claro, no les dio tiempo a recuperarse para acudir a la convocatoria del director de El Español.

Sí, el que fuera azote del socialismo durante la etapa de Felipe González, se ha convertido en el editor -empresario, por si no ha quedado claro-  y periodista predilecto de Pedro Sánchez -¡Qué cosas!-. Por ejemplo, atención, para liderar la gran operación que tiene Moncloa encima de la mesa: controlar Unedisa, principalmente El Mundo, diario fundado, entre otros, por el propio Pedro J. en 1989, y del que fue despedido en 2014. Os vais a a enterar. El mundo está lleno de paradojas, porque se suponía que el periodista de derechas era Pedro J. Ramírez, ahora a partir un piñón con el rojo Sánchez, mientras se suponía que el campeón de la prensa de izquierda, Juan Luis Cebrián, anda hoy a torta limpia con el progre Sánchez. Pero la vida te da sorpresas...

Como recordarán -lo contó Hispanidad-, Urbano Cairo, editor de El Mundo (y de Expansión y Marca, entre otros), acordó con el Gobierno despedir a Francisco Rosell como director -noviembre de 2022- por sus críticas al Ejecutivo, a cambio de que en Moncloa le buscaran comprador para el grupo editorial. Como sustituto de Rosell, colocó a Joaquín Manso, el periodista de la cúpula de El Mundo más próximo al Gobierno. Manso, sin embargo, se ha mostrado igualmente crítico con el Sanchismo.

Si hay algo que no soporta el presidente del Gobierno son las críticas a su persona. Por eso, su gran obsesión es controlar los medios de comunicación, entre ellos, El Mundo. El plan consiste en que Cairo, que lo quiere vender como sea, se lo coloque a Prensa Ibérica, de Javier Moll, y que el director editorial sea Pedro J, un empresario de postín. La operación, además, colocaría al director de El Español en la ‘pole position’ para convertirse, además, en el hombre fuerte de Moncloa para controlar El País. ¿Y quién pagará? El Gobierno, naturalmente... y naturalmente con nuestro dinero.

En todo este entramado ha cobrado especial relevancia Cruz Sánchez de Lara, esposa de Pedro J., que se ha convertido en inseparable de Begoña Gómez, con la que aparece un día sí y al otro también, en múltiples saraos. Por cierto, de lo más comentado en la citi madrileña, el cambio físico de la esposa del presidente. Es momento de progresar: que se lo digan a Pedro José.