Tras una EPA nefasta, que sólo sirve para olvidar, llega la oficina estadística europea y da la puntilla: la tasa de paro de la eurozona se mantuvo estable en septiembre por tercer mes consecutivo en el 6,3%, la de la Unión Europa repitió en el 6% y España nuevamente es el país con mayor nivel de desempleo de los Veintisiete, con un 10,5%.

Eurostat estima que en el noveno mes de 2025 un total de 13,24 millones de personas carecían de empleo en la UE, de los que 11 millones se encontraban en la zona euro. Esto supone un aumento mensual de 63.000 desempleados en la UE y de 65.000 en la zona euro, al tiempo que, en comparación con el mismo mes de 2024, el Desempleo subió en 227.000 personas en los Veintisiete y en 187.000 en la región del euro.

Las mayores tasas de paro en la UE correspondieron a España, con un 10,5%; Finlandia, con un 9,8%; y Suecia, con un 8,7%. Por el contrario, las menores cifras se observaron en Malta y Chequia, con un 3%; así como en Eslovenia, con un 3,1%.

En cuanto a los menores de 25 años, la tasa de paro de la UE se mantuvo estable en septiembre en el 14,8%, mientras que repuntó una décima en la zona euro, hasta el 14,4%.
En términos absolutos, el número de jóvenes desempleados en la UE alcanzó los 2,86 millones, de los que 2,28 millones residían en la eurozona. En el caso de España, en septiembre se contabilizaron 2,6 millones de personas sin empleo, de las cuales 467.000 eran menores de 25 años. Así, el paro juvenil fue del 25%, la mayor tasa de la UE, por delante del 24% de Suecia y del 21,5% de Finlandia.

Estos datos son bellos e instructivos si tenemos en cuenta que los objetivos de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, son encarecer el despido, aumentar el SMI al tiempo que dispara las cotizaciones y reducir la jornada. Todo para hacernos más felices y en un país en el que, tal y como ha asegurado el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, un peligroso ultra desde que se hizo una foto con Milei, el absentismo no deja de aumentar.