Execrable significa, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE) "condenar y maldecir con autoridad sacerdotal o en nombre de cosas sagradas". Según nuestro inefable ministro de Exteriores, el 'obispo' José Manuel Albares, tal es el calificativo que merece el vídeo del Gobierno de Israel titulado "Gracias España", donde se exhibe a los terroristas de Hamas, a los del 7 de octubre, dando las gracias al Gobierno Sánchez por su actitud en la guerra de Gaza.

La verdad es que uno termina por comprender al pobre Albares: tiene al enemigo en casa. El primero, esa 'finezza' con patas, que es el ministro de Transporte, Óscar Puente, perteneciente a ese grupo de personas que nunca, por ningún motivo, saben callarse un chiste, insulta a Milei tildándole, eso sí, muy irónicamente, de drogadicto... y a Albares se le incendian las relaciones con Argentina.

¿Qué debería hacer España? Lo contrario de lo que está haciendo: apoyar a Israel, aunque mantenga su petición de moderación a Netanyahu. Con ello, conseguiría romper la nueva amistad más peligrosa para los españoles: la de Rabat con Jerusalén

Luego, lo más importante, se ve obligado a mantener a un agonizante pero crecidísimo Pedro Sánchez, que se empeña en plantearle la guerra a Israel, un país que sabe mucho de guerras, y hasta la más moderada de su gabinete, la ministra Margarita Robles, la que otorgaba una patina de seriedad al Gabinete, se suma a la monserga comunista de Sumar y califica lo que ocurre en Gaza como "genocidio"... para celebrar, supongo, el Día de las Fuerzas Armadas que se celebraba en Asturias: ¡Toma ya!

Y es que todo sirve. Al 'Amado Líder' se le acaban las ideas para brillar sin fracasar y se aferra a su papel internacional como nuevo gran defensor del Estado palestino. En el asunto Israel, Sánchez está haciendo el ridículo pero ahora necesita seguir haciéndolo, a toda costa. No puede parar.

Y claro, cuando oye hablar de ridículo, RTVE se da por aludida. El más señero aparato de propaganda del Sanchismo se pone en marcha. Sale a escena Silvia Intxaurrondo, a la sazón defendida en las redes como cualificada especialista en el mundo islámico, dado que, al parecer, posee una mater en la materia. Yo diría que faltó a muchas clases.

El caso es que doña Silvia se vio en el deber de corregir, moderada y democráticamente, por supuesto, a un tertuliano que censuraba la nueva pavada de la vicepresidenta Yolanda Díaz, quien, sin perder la línea del ridículo, en la que compite con el PSOE, chilló aquello de "desde el río hasta el mar". Según doña Silvia, cuando se dice eso se alude a unir Cisjordania (el río Jordán) con el Mar Mediterráneo, no a exterminar al Estado de Israel.

Pues no, Silvia. Verás, bonita, el Río Jordan nace en el Monte Hermón, más arriba de Israel, en el Líbano fluye hasta el Mar de Galilea, norte de Israel, nada que ver con la Cisjordania, desde allí hasta el Mar Muerto. Decir que el Estado palestino debe ir desde el Río Jordan hasta el Mar Mediterráneo significa aniquilar a los judíos desde el río hasta el Jordán significa, justamente, exterminar al Estado de Israel y, en puridad, hasta el Líbano.  Lo que Yolandísima dijo fue exactamente eso: exterminar al Estado de Israel... que es lo que los palestinos llevan intentando dede 1948... fecha en la que Naciones Unidas dictaminó los dos Estados, israelí y palestino, sólo que los israelíes lo aceptaron y los palestinos no.

En resumen, España está haciendo el ridículo en el mundo internacional, reconociendo al Estado de Israel en plena guerra de Gaza y tras los atentados del 7 de octubre, que rebelan el espíritu asesino y cobardón de Hamas, que primero mata, tortura, viola y secuestra, y luego corre a esconderse detrás de sus propios hijos.

Por cierto, ¿por qué permanece callado el Rey de España acerca la guerra de Gaza? ¿No le deja hablar Moncloa? Uno de los títulos del Rey de España, la monarquía actual con mejor árbol genealógico del planeta, es el de 'Rey de Jerusalén'. Pero, al parecer, Felipe VI le tiene demasiado miedo a Pedro Sánchez

Insisto: Albares debe estar hasta el gorro de Yolanda, Margarita, Puente y hasta del propio Sánchez. Pero hombre, tampoco es necesario que interponga esa pose de carnero degollado, que aumenta la sensación de ridículo de España ante uno de los grandes conflicto de nuestro tiempo. No nos amedrentarán. Don José Manuel: excusatio nos petita... Todo ello, haciendo el ridi ante Israel y con el 'ministro' de Exteriores' de Cisjordania, Mohamed Mustafá, otro islámico, de la sección 'radicales con corbata'.

¡Pobre Albares!

A todo esto, ¿qué debería hacer España? Lo contrario de lo que está haciendo: apoyar a Israel, aunque exigiendo moderación, clemencia, a Netanyahu. Con ello, además, conseguiría romper la nueva amistad más peligrosa para los españoles en el momento actual: la de Israel y Marruecos. Porque Rabat está vendido a Jerusalén, pero el descendiente del profeta, Mohamed VI, no puede aplaudir la ofensiva israelí en Gaza. Por razones obvias.

Por cierto, ¿por qué permanece callado el Rey de España sobre la guerra de Gaza? ¿No le deja hablar Moncloa? Pues hace mal la primera autoridad de España. Israel es política exterior, en la que el Rey de España tiene algo que decir. En segundo lugar, en Jerusalén se está produciendo un éxodo forzado de cristianos ante el silencio de Occidente: la Monarquía católica española debería sentirse concernida. Uno de los títulos del Rey de España, la monarquía actual con mejor árbol genealógico del planeta, es el de 'Rey de Jerusalén'. Pero, al parecer, Felipe VI. Le tiene demasiado miedo a Pedro Sánchez.