Las inversiones en energía tendrán una caída récord del 20% este año, justo cuando Europa y España quieren ser más verdes que nunca y apuestan por una salida de este color en la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus. Así lo estima la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en el informe anual de inversiones que ha publicado esta semana.

En concreto, prevé una pérdida de casi 359.732 millones de euros en inversiones, lo que el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, considera “profundamente preocupante”. El Covid-19 ha dado la vuelta a la tortilla, porque a principios de año este organismo preveía que las inversiones subieran un 2% y ahora no habla de aumento, sino de desplome (-20%). Por tanto, considera que está en riesgo la transición energética.

En lo que respecta a la electricidad, la AIE estima una caída de la inversión del 10%, que también afectará a las renovables (rondará también el 10%). De hecho, ha referido que el coronavirus ha tenido un fuerte impacto en la instalación de placas solares en los tejados de viviendas y empresas, y que los proyectos para nuevos megavatios eólicos y solares han caído a niveles de hace tres años.

Con el coronavirus, los proyectos para nuevos megawatios eólicos y solares han caído a niveles de hace tres años

¿Lo habrá oído la vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera? Seguramente, pero sigue a lo suyo, empeñada en el cierre progresivo de las nucleares, a pesar de que generan energía limpia, y habiendo presentado un proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética (PLCCTE) que es más bien un conjunto de “deseos” y donde no se ha atrevido a dar cifras de inversiones, dejando algo fríos al sector y a la CNMC, y donde ha bajado objetivos.

Paralelamente, la AIE ha referido que la demanda de electricidad se ha reducido más de un 20% en los periodos de confinamiento en varios países (el aumento de la residencia no ha compensado el descenso de la de comercios e industrias), pero ha subido la participación de renovables porque su producción no se ve tan afectada en función de la demanda como otras energías (carbón, gas y nuclear). Además, prevé que las renovables aumente su producción anual por los bajos costes de operación y el acceso preferente que tienen en muchos sistemas de energía.

 

Tras los batacazos de Nissan y Alcoa, el Gobierno Sánchez llega tarde con el supuesto plan del automóvil y el estatuto electrointensivo

Tras los batacazos de Nissan y Alcoa que se conocieron el pasado jueves, cierres y despidos que ponen sobre la mesa cómo las multinacionales se empiezan a marchar de España, el Gobierno llega tarde. Ahora, habla de que trabaja en un plan para el automóvil y quiere retomar el estatuto electrointensivo. ¡A buenas horas, mangas verdes!

El pasado viernes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros extraordinario, la ministra portavoz, María Jesús Montero, ha anunciado que el Gobierno trabaja en un plan para el automóvil, que tendrá en cuenta “todos los retos” a los que se enfrentan los fabricantes. Un plan que el sector lleva más de un año pidiendo e insistiendo en que también se debe incentivar la compra para renovar el envejecido parque automovilístico español. 

Por su parte, la titular de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha pedido a Alcoa que reconsidere su decisión de despedir a 534 empleados. María Jesús Montero se ha sumado a esta petición y espera recuperar la tramitación del estatuto electrointensivo “a la mayor brevedad posible”, una vez que la evolución de la pandemia del coronavirus lo permita. Un estatuto que ayudaría a reducir los altos costes de energía de los que tanto se queja el sector, pero que acumula demasiado retraso: se empezó a elaborar a finales de 2018 y aunque la tramitación estaba muy avanzada, se paró por el Covid-19. Maroto seguía defendiendo hace unas semanas que llegaría a tiempo, pero ya se ve que no.