Intel ha agrandado el pinchazo de 2022 (cuando su beneficio neto se desplomó un 60% y bajaron los ingresos por la menor venta de ordenadores. Y es que ha empezado el año registrando las mayores pérdidas trimestrales de su historia y con menores ingresos.

Sin embargo, el fabricante estadounidense de chips y equipamiento electrónico no recibe tirón de orejas en bolsa, pues su cotización sube un 2,79%. Además, su CEO, Pat Gelsinger, ha hablado de “resultados sólidos”.

En el primer trimestre, Intel ha tenido unas pérdidas de unos 2.500 millones de euros, las más elevadas en un trimestre de su historia y lejos de las ganancias de hace un año. Esto se debe en gran medida a la fuerte bajada de los ingresos (-36%), a 10.663 millones, que ha supuesto la cifra más baja desde 2010. Además, el margen bruto se ha reducido del 50% al 34% y el margen operativo ha pasado a terreno negativo. Y la principal razón de todos estos descensos se encuentra en que con la vuelta a la normalidad y pese a que hay algo de teletrabajo, ya no se venden tantos ordenadores, y por tanto se necesitan menos microprocesadores, que en los tiempos de la pandemia del C0vid-19.

Pese a los malos resultados, el director financiero de Enel, David Zinsner, parece satisfecho: “Hemos superado nuestras expectativas para el primer trimestre tanto en los beneficios como en los resultados”. “Y hemos seguido siendo disciplinados en la gestión de gastos como parte de nuestro compromiso de impulsar la eficiencia y el ahorro de costes”, ha añadido. Claro que parece que las pérdidas del primer trimestre podrían ser similares en el segundo y las ventas apenas subirán, según la previsión de Intel. Parece que el pinchazo se alargará en el tiempo… y justo cuando le toca afrontar fuertes inversiones para fabricar chips en EEUU y poder beneficiarse de los incentivos de la Administración Biden.