La compra de EM&E, empresa propiedad de Ángel y Javier Escribano, por parte de Indra se complica, entre otras cosas porque ni siquiera el Gobierno de Pedro Sánchez -el Estado es el primer accionista de Indra con el 26% del capital- tiene clara la operación. Y estas reticencias de Moncloa se suman a las querellas preparadas por bufetes de abogados contra los consejeros de Indra que voten a favor de la compra de EM&E y a las dudas de Marisu Montero, por el escándalo político que supondría que los Escribano fueran comprador y vendedor al mismo tiempo. Ángel es presidente ejecutivo de Indra y su hermano Javier, presidente de EM&E y consejero de Indra. Y la cuestión fundamental: ¿Quién valora EM&E, que no cotiza en bolsa?

Lo que sí es cierto es que estamos en un momento clave para impulsar la industria de Defensa española tras el compromiso de Sánchez de aumentar el presupuesto correspondiente hasta el 2% del PIB antes de fin de año. Son 10.000 millones de euros adicionales que el Gobierno tendrá que distribuir durante los próximos siete meses. Y otros tantos miles de millones durante 2026. La clave: que estos fondos lleguen a las tres empresas principales del sector: Airbus, Navantia y la propia Indra.

Mientras todo eso se concreta, la compañía que preside Ángel Escribano presentó un beneficio neto de 59 millones de euros hasta marzo, un 3,2% menos que en marzo de 2024, según la empresa, por los gastos financieros y los impuestos. Lo cierto es que, en relación a la deuda neta, el grupo cerró el trimestre con una posición positiva de caja neta de 129 millones de euros, frente a la deuda neta de 89 millones de marzo de 2024. La compañá no ofrece más detalles acerca de los gastos financieros ni de los impuestos.

Al margen del resultado, la cartera de pedidos alcanzó los 8.003 millones de euros (+11,2%) y la contratación neta, los 1.833 millones, un 16,6% más que un año antes. Los ingresos aumentaron un 4,2% y alcanzaron los 1.164 millones. El Ebitda aumentó un 7,3%, hasta los 125 millones de euros. También fue significativo el crecimiento del 14,1% del flujo de caja libre, que alcanzó los 77 millones.

A día de hoy, Indra sigue dependiendo de Minsait, cuyas ventas representan el 64% del total. Defensa sólo aporta el 19%, el negocio de tráfico áereo, el 10% y la movilidad, el 7%. En cuanto a los distintos mercados, España aporta el 51% del negocio del Grupo, seguido de Europa (21%), América (20%) y Asia, Oriente medio y África (AMEA), que aporta el 8%.

La cotización de Indra cerró este martes con una caída del 1,08%, en los 29,30 euros por acción, frente un Ibex prácticamente plano (0,09%). Los resultados no han convencido a los inversores, aunque también es cierto que Indra lleva un año triunfal en bolsa, con una revalorización del 70,3%, desde enero. Habrá que ver si esos 10.000 millones llegan a buen puerto e impulsan la industria de Defensa española, liderada por Indra.