
Las cosas no suceden porque sí y menos todavía cuando hablamos del Gobierno. La visita de Margarita Robles a Urovesa, el lunes 10, adquiere una relevancia especial en el contexto bélico actual, con el presupuesto en Defensa al alza y, sobre todo, con Indra como actor principal e inmerso en la operación empresarial más abyecta de la democracia: la compra de EM&E.
Robles abandonó encantada la fábrica de Urovesa, ubicada en Valga, Pontevedra. “Quiero agradecer, muy especialmente a Urovesa y a todos los trabajadores, el esfuerzo y la dedicación que ponen. El compromiso del Ministerio de Defensa es el de seguir invirtiendo en los planes industriales para crear empleo. Para Galicia, desde luego, esto es una industria”, afirmó.
¡Qué diferencia con el comunicado, tras su visita a Indra! “La ministra de Defensa visita Indra y le transmite su preocupación por los retrasos en el programa de vehículos 8x8 para el Ejército de Tierra”, comenzaba el comunicado del pasado 7 de octubre.
Entre uno y otro tuvo lugar la visita de los hermanos Aperribay (7% de Indra y enfrentados a los Escribano) a Pedro Sánchez, en La Moncloa, visita que fue entendida como un nuevo toque de atención a Ángel y Javier Escribano, presidente de Indra el primero y presidente de EM&E el segundo, y ambos, protagonistas destacados del mencionado 8x8.
El mensaje de Moncloa es claro: mucho cuidado, Escribano, porque no sois los únicos en el sector de la Defensa. Es más, hay otras empresas, como SAPA (Aperribay) o Urovesa, fundada por José Sierra Fernández, fallecido en junio de 2023, y que actualmente dirige su hijo Justo Sierra Rey, con capacidad industrial para cubrir las necesidades del Ejército español. La especialidad de Urovesa es el vehículo blindado de última generación, VERT, de reconocimiento del terreno y obtención de información, basado en la plataforma VAMTAC ST5, vendida a más de 20 países.

Todo esto nos lleva a la pregunta clave: ¿Tiene Indra capacidad industrial para cubrir las necesidades del Ejército español? Y la siguiente cuestión, no menos importante, es la operación abyecta de los Escribano: ¿Nadie va a detener la compra de EM&E, empresa de los Escribano, por Indra, empresa que preside Ángel Escribano? Compañía cuya última valoración se situó en los 2.000 millones, muy superior a lo que se podría esperar de una empresa que factura alrededor de 400 millones de euros.
Otro feo de Robles a Indra y, en este caso también al resto de la industria militar europea, incluida Airbus, es la compra de aviones Hürjet a Turquía, por más de 3.000 millones de euros. El contrato, adelantado por ABC, se firmó tras la reunión de Sánchez con Erdogan en La Moncloa y se hizo a dedo, sin concurso público y llevó al Gobierno a suspender las negociaciones abiertas con la italiana Leonardo para la compra de aviones de entrenamiento para el Ejército español. El Hürjet es, precisamente, un avión de entrenamiento, aunque todavía es sólo un prototipo.











