Ibercaja siempre se ha negado a fusionarse, incluso en los momentos más críticos para el sector, en los que parecía ineludible participar en operaciones corporativas para ganar tamaño y, no menos importante, reducir costes. El caso es que su espíritu maño terminaba siempre por imponerse a cualquier movimiento, ya fuera con entidades grandes o medianas.

Si esa fue la posición cuando el negocio bancario no era negocio, actualmente, tras la subida de tipos, la intención de seguir en solitario se ha reforzado. “Tenemos la dimensión mínima para competir en España”, afirmó Víctor Iglesias este lunes, durante su intervención en el XIII Encuentro del sector Financiero organizado por KPMG y Expansión.

El consejero delegado de la entidad aragonesa insistió en una idea que hemos repetido mucho en Hispanidad: en banca minorista no existe una correlación entre tamaño y rentabilidad, es decir, ser más grande no garantiza ser más rentable. El banco bueno no es el banco grande sino el que tiene poca morosidad. Y si esa máxima se cumplía con tipos negativos, con tipos ‘normalizados’ tiene todavía mayor sentido.

Según Iglesias, Ibercaja atesora virtudes suficientes para alcanzar una rentabilidad del 9% en los próximos años y seguir invirtiendo en digitalización para competir, según su propio modelo, consistente en alianzas con terceros, como la firmada con Microsoft en tecnología o la alcanzada con Caser en seguros.

En definitiva, Ibercaja seguirá como hasta ahora: en solitario y alejada de bolsa, como anunció Iglesias en septiembre. En los nueve primeros meses del año, la entidad cubrió el 40% del fondo de reserva de 320 millones que debe dotar por no cotizar y tener a la Fundación como primer accionista. Para alcanzar el 100% de ese fondo tiene de plazo hasta 2025.

Sea como fuere, es lógico que la decisión final fuera no salir a bolsa. El sector bancario ha pasado de ser la estrella del parqué al sector más estrellado, con una cotización media un 50% inferior al valor en libros. El sector financiero ya no es el sector de referencia del IBEX, y no lo volverá a ser como lo fue años atrás, ni siquiera tras la subida de tipos.