Los bancos estadounidenses siguen beneficiándose de los tipos de interés elevados, pero tienen claro que el futuro próximo no es tan favorable como parece
Como suele ser habitual, los bancos norteamericanos han presentado sus resultados trimestrales unos días antes -viernes 13- que los españoles, que comenzarán la ronda el jueves 19, con Bankinter. Esto está muy bien porque, aunque son, como dicen ahora, realidades distintas, sí nos dan una idea de por dónde pueden ir las entidades españolas.
En primer lugar, destacan los beneficios de JP Morgan Chase y Wells Fargo, que continúan disfrutando de los tipos de interés que, en su reunión de septiembre, la FED mantuvo en el 5,5%. Así, JP Morgan ganó un 50,9% más en los nueve primeros meses del ejercicio, hasta los 40.245 millones de dólares, tras ingresar un 26,6% más, hasta los 122.423 millones de dólares.
Conviene recordar que JP Morgan compró First Republic Bank a precio de saldo. El beneficio de JP Morgan en el tercer trimestre aumentó un 35%, pero sin contar First Republic, el aumento habría sido del 24%. Al parecer, el banco no estaba tan mal.
Wells Fargo también está de fiesta. Desde enero, el banco ha disparado un 53% el beneficio, que cerró septiembre en los 14.822 millones de dólares, tras alcanzar una cifra de negocio de 62.119 millones, un 14,3% superior a la del mismo periodo de 2022.
Citigroup es otra cosa. Ganó un 10,2% menos (10.498 millones) hasta septiembre a pesar de ingresar un 6,4% más, hasta los 61.022 millones. Al Citi se le atragantó el aumento de los gastos y el mayor coste del crédito.
Como vemos, las entidades siguen disfrutando de unos tipos de interés que permiten llevar a cabo el negocio típicamente bancario sin mayores sobresaltos. Ahora bien, tanto Wells Fargo como JP Morgan han alertado de lo que se vislumbra en el horizonte.
“Si bien la economía ha seguido siendo resiliente, estamos viendo el impacto de la desaceleración de la economía con saldos de préstamos disminuyeno y cancelaciones que continúan deteriorándose modestamente”, alertó el CEO de Wells Fargo, Charlie Scharf, que habló con conocimiento de causa: las provisiones de la entidad por el riesgo del crédito aumentaron un 53%, hasta los 1.197 millones.
Bastante más duro fue su homólogo en JP Morgan, Jamie Dimon: “Los consumidores y las empresas de EEUU siguen gozando de buena salud, aunque los consumidores están gastando su exceso de liquidez. Sin embargo, la persistente rigidez de los mercados laborales y los elevadísimos niveles de deuda pública, con los mayores déficits fiscales de la historia en tiempos de paz, aumentan el riesgo de que la inflación siga siendo elevada y de que los tipos de interés sigan subiendo”, afirmó.
Atentos, porque Dimon habla del mercado laboral y de la deuda pública de EEUU. ¿Qué diría del mercado laboral y de la deuda pública española? Igual se moría del susto. En cualquier caso, sus advertencias deberían poner en guardia a más de uno y a más de una. ¿Verdad, Nadia y Yolanda? Al final, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, va a tener razón con sus insistentes llamamientos a la prudencia bancaria. Sí, EEUU no es Europa y mucho menos España, pero cuando las barbas de tu vecino veas afeitar...