General Electric ha pagado los platos rotos en bolsa, donde la cotización cae un 7%. Todo ello tras anunciar la vuelta a pérdidas millonarias (-5.968 millones de euros) y el descenso de ingresos en 2021.

El conglomerado industrial estadounidense con sede en Boston se ha visto afectado por “los desafíos de la cadena de suministro, la selectividad comercial y la incertidumbre en torno al crédito fiscal a la producción eólica de EEUU”, ha explicado su presidente y CEO, Lawrence Culp. Eso sí, los pedidos han aumentado a doble dígito y se aprecia un impulso real y oportunidades para un crecimiento rentable sostenible en los negocios, especialmente a medida que el de aviación se recupera y los mercados finalistas se fortalecen, ha añadido.

General Electric ha tenido unas pérdidas de 5.968 millones de euros en 2021, frente a los más de 4.000 millones que ganó el año anterior. Sus ingresos se han situado en 65.530 millones (-2,1%), destacando los 18.821 millones (-3%) del negocio de aviación, los 15.655 millones (-2%) del negocio de salud, los 14.929 millones de la división de electricidad y los 13.864 millones del área de renovables. Eso sí, Culp espera que la facturación vuelva a aumentar este año, incluyendo un alza superior al 20% en la del negocio de aviación.

El conglomerado industrial estadounidense se ha visto afectado por “los desafíos de la cadena de suministro, la selectividad comercial y la incertidumbre en torno al crédito fiscal a la producción eólica de EEUU”, explica su presidente y CEO, Lawrence Culp

Por su parte, los pedidos acumulados han ascendido a 70.127 millones (+10%). Asimismo, se ha producido una “drástica reducción de la deuda”, según Culp, que ahora se sitúa en 31.049 millones, lo que les permite “intensificar aún más los esfuerzos para fortalecer nuestras operaciones y jugar a la ofensiva, lo que nos prepara para lograr entre (4.857 y 5.740 millones de euros) de flujo de caja libre en 2022 y más de 7.000 millones de dólares (6.183 millones de euros) en 2023. Y es que precisamente en este último año empezará su escisión progresiva en tres divisiones cotizadas, ​aplicando el ‘esquema Villalonga’ (el mismo que Juan Villalonga puso en marcha cuando presidía Telefónica, bajo el principio infundado y muy anglosajón, de que la suma de las partes vale más que el todo).

En el cuarto trimestre, General Electric tuvo unas pérdidas de 3.444 millones, frente al beneficio de más de 2.000 millones registrado un año antes. Por su parte, la cifra de negocio descendió un 3,5%, a 17.932 millones y los pedidos recibidos bajaron un 5%, a 19.519 millones.