Es el nuevo pulso de Podemos a Pedro Sánchez, que coincide con la ambición sin límites, de nombre Yolanda Díaz. Con la defenestración de Carmen Calvo, la comunista-podemita ya ha ascendido a vicepresidenta segunda pero, por encima de ella, se encuentra Nadia Calviño, que no es precisamente su mejor amiga.

El pulso a Sánchez consiste en imponer su criterio sobre el salario mínimo -subirlo ya- y de esta manera desautorizar a Calviño. Es exactamente lo mismo que ocurrió con Irene Montero, quien impuso sus criterios -con los trans- sobre Carmen Calvo y esta acabó fuera del Gobierno.   

Este miércoles la campaña ha comenzado desde primeras horas de la mañana.

Podemos, encima, pretende subir las cuotas sociales. Ya lo ha conseguido con los autónomos

Al alba, bueno un poco más tarde, Pepe Álvarez, secretario general de UGT, se planta con una pancarta ante el Banco de España para reclamar el salario mínimo, ¿Y por qué no se planta ante el Ministerio de Trabajo que lidera la podemita Yolanda Díaz? Porque el Banco de España está en sintonía con Nadia Calviño y quiere que no se suba el salario mínimo… y porque Díaz es su amiga.

Al tiempo, la ministra de Trabajo se lanzaba al cuello de Nadia Calviño con la misma excusa: el salario mínimo debe subirse ya mismo. Mientras, presumía de que los sindicatos, y hasta la patronal, querían salarios dignos. Y Garamendi calladito.

¿Quién tiene razón, Nadia o Yolanda? Ninguna de las dos. Yolanda tiene razón en que el salario mínimo debe subir en España porque es muy bajo (950 euros brutos al mes por 40 horas de trabajo semanal). Con eso, ni con dos sueldos de esos, da para formar una familia.

Si se sube el SMI y no se bajan las cuotas, la pequeña empresa no podrá aguantar

Calviño tiene razón de que si el SMI sube como lo quiere Yolanda y los sindicatos, se asfixiará a la pequeña empresa, la gran creadora de empleo. O eso, o se machará a la economía sumergida.

¿Cuál es la solución? Pues subir el líquido del salario mínimo pero quitarle las cuotas y subir el mínimo exento de IRPF. Es decir, subir el salario y bajar los impuestos.

Por cierto Escrivá, presionado por Podemos ya ha subido las cuotas a los autónomos, verdadera vía de escape para quien tenía que ganarse la vida aunque fuera renunciando a una pensión fuerte, a ponerse enfermo y a otras ventajas. Pero esto, ni Calviño ni Yolanda lo defienden.

Lo que crea más desempleo es la obsesión recaudatoria del Gobierno.

A la socialista Calviño le encantan los salarios de subsistencia, que la gente cobre poco. A los podemitas les encanta sajarnos a impuestos. Ambos mienten por interés.