Septiembre no ha empezado bien y ha tenido la delicadeza de explicarnos que todo es susceptible de empeorar. 

Ejemplo: a pesar del palo fiscal del Sanchismo los fondos de pensiones siguen creciendo en España. En concreto, a julio, el patrimonio de planes de pensiones individuales creció al 3,9%. No es para tirar cohetes pero sorprende que crezca.

Los bancos se encargan de un 80% de la gestión, lo que significa que siguen siendo las entidades que ofrecen una mejor confianza en un actividad donde se pide más confianza que rentabilidad. 

Un directivo de Caixabank, precisamente el líder en gestión de planes de pensiones en España, que alcanza el 30% del total gestionado, asegura que, a pesar del hachazo fiscal y las pocas perspectivas de mejora en este punto, los españoles siguen acudiendo a la jubilación privada porque no confían en el futuro del sistema público de pensiones. Que no le oiga el ministro José Luis Escrivá.

Al tiempo, los fondos de inversión ,a pesar de la rentabilidad en negativo, resisten, pero no nos engañemos: la mayoría buscan los conservadores fondos de renta fija... que con la que se avecina a lo mejor se hunden tanto como la renta variable. 

Y lo más inmediato, el Euríbor, tipo de referencias para el crédito hipotecario, el que marca la actualidad en España, terminó agosto en el 1,25%. 

Se habla de incertidumbre pero en el sector bancario, por ejemplo, existe la convicción de que la recesión comenzará ya este mismo año y que será una crisis de deuda pública, que correrá paralelo a la crisis energética y de inflación. Y cuando la crisis es de deuda la única salida consiste en reducir las prestaciones públicas. Justo lo contrario que pregona y ejecuta el Sanchismo con un política económica basada en las subvenciones pública.

En resumen, los españoles se preparan para la crisis: crecen los fondos de pensiones, bajan -relativamente- los de inversión suben -relativamente- y se dispara el euribor sube -sin relativismos-, mientras el BCE prepara nuevas subidas de tipos. Será una crisis de deuda pública, que se solapará con la energética. 

Y en Europa se piensa algo muy parecido. Cuidado: que en economía muchas veces la imagen crea la realidad.