Después de todas las soflamas propagandísticas del gobierno frentepopulista de Pedro Sánchez, a pachas entre socialistas y comunistas, resulta que en 2021, el año de la recuperación, según Nadia Calviño -quien ya lo ha dejado para 2022-, durante el ejercicio 2021 los salarios subieron un 1,47% mientras la inflación lo hizo en el 6,7%.

Es el 'desastre Calviño', el fracaso de la política económica del Gobierno socio-podemita de Pedro Sánchez, el fracaso de la política de la subvención que, encima, nos ha llevado a una escasísima productividad, poco competitiva y a una progresiva desindustrialización de España.

Al menos, ¿a cambio de perder poder adquisitivo pero hemos creado empleo? Pues no. Resulta que nuestra tasa de paro ya superamos hasta a Portugal y a Grecia, nuestros históricos 'consuelos'.

La única solución es que Pedro Sánchez y Nadia Calviño dieran un golpe de timón a su política económica, anulando las cuotas sociales y modificándolas por IVA. Sí, eso produciría inflación pero, al menos, se perdería el miedo a contratar que caracteriza a la economía española y se apuntaría hacia el pleno empleo, la tiempo que nos obligaría a reducir nuestro castrante Estado del Bienestar que no podemos mantener de ninguna manera, sobre todo en materia de subvenciones públicas.

Tranquilos, los sociopodemitas no darán este necesario giro de timón. Seguirán endeudando a los españoles para poder mantener en pie un motor averiado.

Menos mal que todo lo va a arreglar la reforma laboral de Yolanda Díaz, un lastre para la economía, aunque, eso sí, una victoria propagandística de don Pedro Sánchez Pérez-Castejón.