Desde Endesa, su CEO, José Bogas, ha subrayado que ya hay contratos razonables con la industria, por lo que el recorte del decretazo no tiene sentido. Esa ha sido su respuesta vía entrevista en Cinco Días a la vicepresidenta ecológica Teresa Ribera, quien se ofreció a librar de la minoración de ingresos a las empresas que apoyen a la industria y en una entrevista en El Periódico de España se atrevió a señalar que “es hora de reclamar a las eléctricas su compromiso social”.

Es cierto que Bogas no ha ido tan lejos como sus homólogos de Iberdrola y de Repsol, que acusaron al Gobierno de ser el responsable de la subida de la luz, pero tampoco se ha quedado callado. Recuerden que Ignacio S. Galán exigió que le bajen impuestos y Josu Jon Imaz habló de repensar la transición verde. El CEO de Endesa se ha quejado de que tengan que comprar a 200 euros/MWh en el mercado y vender a 60, porque no pueden, pues si compraran 40 TWh a 160 euros tendrían 2.400 millones de euros de pérdidas en un año. Por eso considera que hay que bajar ya el precio del pool, al que está indexada un 30-40% de la demanda, y son los pequeños consumidores con PVPC (tarifa regulada) los que “lo pagan en vena”. ¿Y su solución? Dedicar parte del régimen especial o Recore -renovables, cogeneración y residuos- a ese suministro ajustando su retribución, que es específica y se salda cada tres años, pero ahora se está adelantando y “puede cobrar 200 euros/MWh en el mercado”; así como intervenir los precios del gas. 

El decretazo, teniendo en cuenta los objetivos anuales de Endesa, supondrá recortar un 25% su Ebitda y restar 900 millones al resultado. “No tendríamos pérdidas este año, pero temblaría la cuenta de resultados”, subraya Bogas

Respecto al decretazo, Bogas ha destacado que el Gobierno prevé recaudar 2.600 millones en seis meses, de los que el 80% lo aportarán Iberdrola y Endesa, a razón de 1.040 millones cada una. Teniendo en cuenta sus objetivos financieros para este año (4.000 millones de Ebitda y 1.700 millones de resultado neto), para la energética que controla la italiana Enel supondría un recorte del 25% (o sea, podría restar 1.000 millones) en el Ebitda y restar 900 millones al resultado, dejándolo en 800 millones. “No tendríamos pérdidas este año, pero temblaría la cuenta de resultados”, ha subrayado el CEO de Endesa.

Al hilo de los denominados windfall profits (beneficios caídos del cielo), Bogas ha señalado que son “una leyenda urbana” y que se ha recuperado toda la inversión en nuclear, porque “cuando se calcularon los costes de transición a la competencia (CTC) se hizo una detracción del 31% que no se recuperaba” y Endesa invierte 150 millones al año desde 2006 en la nuclear. Una energía que “tiene unos costes de operación, incluida la inversión, de unos 47 euros y, para una rentabilidad del 5,5%-6%, como en la distribución, el coste es 57 euros/MWh”, por tanto resulta baja. Bogas prefiere hablar de windfall taxes, aludiendo a la multitud de tasas y tributos que gravan a la nuclear.