Energías de Portugal (EDP) ha actualizado su estrategia para el periodo 2026-2028, donde se centrará en invertir en redes y renovables (aquí se incluye no sólo la eólica y la fotovoltaica, sino también la hidroeléctrica). Sin embargo, no ha convencido al mercado… porque en los resultados de los nueve primeros meses ha bajado la rentabilidad y ha subido la deuda, algo que también ha sucedido en su filial verde (EDP Renovables -EDPR-).
La energética portuguesa, que está controlada por los chinos de CTG y tiene varios fondos de inversión en su accionariado, ya no puede sacar tanto provecho de la que era su joya de la corona (EDPR), como se ha ido viendo en los resultados de los últimos periodos. Este viernes, la cotización de la energética que dirige Miguel Stilwell baja un 4% y acumula una caída del 8,75% en los últimos cinco días, mientras que en el caso de la filial verde los descensos son del 3,5% y del 5,89%, respectivamente. Esto no gustará nada a sus inversores…
EDP ha actualizado su estrategia para 2026-2028, con la vista puesta en aprovechar el aumento de la demanda de electricidad que trae la electrificación y el despliegue de centros de datos. Por ello, quiere invertir unos 12.000 millones, entre los que se incluyen 7.500 millones en la filial verde (en concreto, en eólica, solar y sistemas de almacenamiento de energía en baterías), sobre todo, en EEUU; y otros 3.600 millones en redes eléctricas, en especial en Portugal y España (aquí destinará 670 millones). Además, continuará con la rotación de activos para obtener unos 5.000 millones de ingresos y unas ganancias medias de 200 millones anuales, y las desinversiones para lograr unos 1.000 millones con el fin de financiar sus mercados de crecimiento. Y para tener felices a los accionistas, elevará un 5% el dividendo mínimo cerca a 0,21 euros por acción de cara a 2028, con el objetivo de alcanzar un pay out del 60-70% para el periodo 2026-2028.
Vayamos a los resultados de los nueve primeros meses de EDP como de EDPR. A pesar de mayores ingresos, la rentabilidad y el beneficio neto han caído, mientras la deuda neta ha subido en ambas compañías. No olviden que EDP controla el 71,3% de su filial verde, así que nos fijaremos en las cifras de la matriz. Los ingresos han ascendido a 11.444 millones, lo que supone un 6% más que hace un año, con mayor producción y capacidad instalada. Sin embargo, el resultado bruto de explotación (ebitda) han bajado un 3%, a 3.772 millones; y el beneficio neto lo ha hecho un 12%, a 1.083 millones. Al mismo tiempo, la deuda neta ha subido un 11% desde el cierre del año pasado, situándose en 17.262 millones.
La energética lusa que dirige Stilwell mantiene cautela respecto al hidrógeno verde, que ahora se mueve entre la burbuja y el reflujo en todo el mundo porque aún no es rentable y no crece tanto como se preveía, así lo ha advertido la Agencia Internacional de la Energía (AIE). En España, EDP mantiene en suspenso sus planes de hidrógeno renovable en Asturias, relacionado con las centrales térmicas de Aboño y Soto de Ribera, pero ya tiene el permiso del Gobierno para desmantelar la térmica de Los Barrios (Cádiz), donde iba a construir una fábrica de hidrógeno verde.
Y en paralelo, Stilwell ha pedido que “haya previsibilidad” respecto al futuro de las centrales nucleares en España, después de que Iberdrola, Endesa y Naturgy hayan pedido formalmente la extensión de Almaraz. El directivo ha recordado que las energéticas acordaron con el Gobierno el cierre de las nucleares y si ahora la decisión se cambia, exige que “la discusión se resuelva definitavemente”. Eso sí, recuerden que EDP sólo está presente en el accionariado de la central nuclear de Trillo, con un 15,5%.













