Tristemente, llegan nuevas muestras que reflejan la crisis profunda del automóvil en España. Hace unas semanas se veía que las ventas siguen siendo un 36% menores a las preCovid y ahora llegan las cifras de producción hasta noviembre (2.032.806 unidades, según la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones -Anfac-) que reflejan una diferencia negativa del 23% respecto a las del mismo periodo de 2019. Mal vamos.

Es cierto que el contexto se ha ido complicando en los últimos años. Primero por las consecuencias de la pandemia, a la que se han sumado: la crisis de chips, los problemas en la cadena de suministro, la guerra en Ucrania, la propia evolución de los mercados, la crisis económica, la incertidumbre, las restricciones de movilidad, el alto precio de los coches eléctricos y el fuerte retraso en el despliegue de puntos de recarga, etc. Pero tampoco desde el Gobierno se están tomando medidas efectivas para ayudar en estas dificultades ni al sector ni a los usuarios.

“Si queremos ser el hub de electromovilidad referente en Europa, pasa previamente por lograr mantener la industria que ya hemos construido en España y potenciar la demanda que tanto se exige”, subraya López-Tafall

“Una industria como la automoción que representa el 10% del PIB nacional y da empleo a cerca de 2 millones personas en España, necesita recuperar las cifras prepandémicas para no perder ni la competitividad ni el empleo que nos caracteriza”, ha advertido José López-Tafall, director general de Anfac. Se trata del segundo productor automovilístico europeo y como tal “debería situarse sobre las 2,8 millones de unidades anuales, pero al cierre de este año alcanzaremos las 2,2 millones”, ha señalado. Ante la compleja situación que se afronta con la prohibición de coches de combustión para 2035, ha referido que “más allá de los compromisos adquiridos por nuestro Gobierno en Europa, el nuevo escenario acelerado exige que se vean respaldados con acciones concretas desde el ámbito público en el mismo nivel de exigencia y compromiso tanto para el desarrollo de infraestructuras de recarga como para impulsar e incentivar la compra de vehículos electrificados”. “Si queremos ser el hub de electromovilidad referente en Europa, pasa previamente por lograr mantener la industria que ya hemos construido en España y potenciar la demanda que tanto se exige”, ha añadido.

Vayamos a las cifras. Entre enero y noviembre, la producción de coches ha ascendido a 2.032.806 unidades, un 4,2% más que hace un año, gracias a que los menores cuellos de botella han permitido un aumento de los aprovisionamientos y a un gran noviembre (en el que se fabricaron 226.164, un 16,9% más que hace un año y superando los 204.987 de octubre). Eso sí, en la comparación preCovid, aún no hay razones para celebrar.

La exportación de coches, a la que se destina el 85% de la producción, se ha situado en 1.721.961 unidades hasta noviembre, tan sólo un 1,7% superior a la de hace un año y lejos de las 2.164.652 que se destinaron al exterior en el mismo periodo de 2019

Dentro de la producción, cabe destacar la de vehículos de cero y bajas emisiones (eléctricos, híbridos enchufables, híbridos convencionales, gas natural y GLP), que ha ascendido a 285.282 unidades en los once primeros meses, creciendo un 26,3% respecto al mismo periodo del año pasado. Sólo en noviembre, la fabricación de este tipo de vehículos se ha disparado un 75,1%, a 41.594 unidades.

Por su parte, la exportación de coches, a la que se destina el 85% de la producción, se ha situado en 1.721.961 unidades hasta noviembre, tan sólo un 1,7% superior a la de hace un año y lejos de las 2.164.652 que se destinaron al exterior en el mismo periodo de 2019. Todo ello a pesar de que el undécimo mes fue bueno en nivel exportador, con 191.221 unidades, un 13,4% más que hace un año, aunque por debajo de las 210.090 que se enviaron fuera de España hace tres años.

Paralelamente, estos datos se conocen un día después de que desde Faconauto, la patronal de las asociaciones de concesionarios oficiales, se prevea un estancamiento de las matriculaciones en 2023. No cree que haya un cambio de tendencia y estima que sólo crecerán un 5%, hasta unas 870.000 unidades, aunque podrían mejorar un 10% adicional y llegar a 960.000 si se solucionan algo los cuellos de botella en producción. Desde esta patronal que preside Gerardo Pérez se ha indicado que debe ser el Gobierno el que recupere la iniciativa y trabaje con el automóvil para poner en marcha políticas públicas que eviten el actual parón de la electrificación y buscar soluciones a la fuerte crisis de mercado, porque está peligrando seriamente la competitividad del sector y se puede entrar en una dinámica de pérdida de empleo. Consideran que hay que activar las palancas necesarias para salvar la enorme carencia en infraestructura de recarga y la gestión ineficiente que se está haciendo de los fondos destinados a la compra de coches cero emisiones, así como mejorar la fiscalidad en movilidad y apostar no sólo por electrificación sino también por la descarbonización del parque con incentivos a la compra de coches nuevos y usados de hasta un año teniendo en cuenta las emisiones de CO2 y la etiqueta ambiental.