El 29 de agosto, Hispanidad aseguraba que Juan Antonio Alcaraz, pedía espacio. Pues bien, ahora le han quitado todo el espacio. De entrada, Alcaraz no se va, le echan. Puede resultar duro, pero la mentira siempre resulta más dura que la verdad. 

Juan Antonio Alcaraz era el responsable de la red de oficinas y de banca al por menor. Probablemente me quedo corto si afirmo que ese segmento representa más del 65% del negocio de Caixabank. Llegó del Sabadell, con Juan María Nin, pero la salida del antiguo CEO no le impidió situarse al frente de la parte más relevante del primer banco en España. 

No sólo eso, el ascenso de Alcaraz coincide con una estafa histórica realmente curiosa: la de los tipos cero o incluso en negativo. De inmediato, Alcaraz deja de remunerar los depósitos y exige al cliente que asuma el riesgo de rentabilizar sus ahorros en un banco de inversión. Al mismo tiempo, es uno de los primeros banqueros en darse cuenta de que con márgenes estrechísimos o inexistentes la única posibilidad es crecer todo lo posible en clientes. Así es como Caixabank, más luego con la aportación de Bankia, consigue ser el banco del 25%: cuota del 25% en depósitos, fondos, hipotecas y todo lo demás. Caixabank se afianza como el primer banco en España y, sobre todo, crea un modelo que ha sido calcado por el resto de entidades, también por los dos grandes, Santander y BBVA. Negarle esto ahora que es árbol caído, resultaría mezquino. 

Su puesto en el Comité de Dirección será ocupado por tres personas: Jaume Masana, Mariona Vicens y Jordi Nicolau. La dirección aprovechará para digitalizar más la entidad

En el debe, Juan Antonio Alcaraz es un hombre de carácter difícil. En una entidad donde la jerarquía de mando está muy clarita, Alcaraz creó una isla donde hacía y deshacía a su antojo. Antes de la fusión con Bankia, ya se convirtió en una especie de verso libre del comité de Dirección. Gonzalo Gortázar le dejaba hacer, siempre que los resultados fueran buenos... y lo eran. Además, Gortázar provenía de la banca de inversión y Alcaraz le resultaba muy complementario. 

Las cosas se torcieron cuando llegó José Ignacio Goirigolzarri a la Presidencia. Y es que, Goiri es, como ya hemos explicado en Hispanidad, probablemente el primer especialista en banca al por menor que haya existido en España durante los últimos 50 años. Naturalmente, el presidente quería conocer de cerca la evolución de la división clave de Caixabank y, naturalmente, a Alcaraz, acostumbrado a ir por libre, no le hacía gracia tener que rendir cuentas más allá de lo estrictamente indispensable. 

Un detalle, cuando Gortázar se llevaba a su equipo más próximo a Valencia, sede social de la entidad, para dar cuenta de los resultados de la misma, allí estaban los principales espadas... menos Alcaraz

En resumen, la desconfianza del presidente y del CEO hacia el director de la Red fue aumentando y ha acabado en el cese. Alcaraz será sustituido por tres nuevos miembros en ese Comité de Dirección: Jaume Masana, que se encargará del negocio doméstico- tradicional, Mariona Vicens, responsable de digitalización y Jordi Nicolau, para el otro segmento emergente: medios de pago

Es cierto, que esta división de funciones se parece más a la habitual en los comités de dirección de otras entidades. Pero, cuidado, se están creando comités de dirección demasiado grandes y, los órganos grandes, de corte parlamentario, suelen resultar tan ineficientes como los parlamentos. Hace un tiempo los equipos de dirección los lideraba el CEO -o el presidente- y estaban compuestos por un responsable de banca al por menor, un responsable de banca al por mayor, el financiero, que también se ocupaba de riesgos, y el jurídico. Con media docena de personas bastaba, ahora, miren ustedes el comité de dirección de los grandes bancos, por ejemplo, el de Caixabank, y saquen sus consecuencias.