El hasta hoy CEO de Cellnex, Tobías Martínez, ha dejado de serlo, sustituido por Marco Patuano, quien ya fuera presidente no ejecutivo de la compañía.

Es decir, que la compañía prescinde del hombre que le ha llevado al éxito. Es más, los fondos se han mostrado especialmente agresivos con el equipo directivo: un nuevo capitalismo, el de los fondos incordiantes, se pone en marcha. Y no tiene por qué ser para mejor.

En otra palabras, Cellnex se ha convertido en una compañía propiedad de fondos, pero no de fondos que se conforman con dividendo y plusvalías,: son fondos activistas e incordiantes, pretenden mandar.

Acusan a Tobías de no repartir dividendo y de que la plusvalía ya no es tan pronunciada tras la subida de los tipos de interés, que encarece las compras.

Ahora bien, parecen olvidar que las inversiones de Cellnex se han forjado, en su mayor parte, no con apalancamiento sino con ampliaciones de capital, que han resultado un éxito.

Lo de Cellnex puede considerarse como una nuevas forma de gestión: en teoría podría decirse que la propiedad vuelve a mandar, pero me temo que no es cierto, No manda la propiedad, sino los fondos, que no son dirigidos por propietarios sino por los gestores del ahorro ajeno, que es tan dinero de los demás como un crédito mondo y lirondo.

Y lo malo es que esto de los fondos gestores no deja de ser una contradicción en origen. En definitiva, el fondista gestiona el ahorro de sus clientes, no una compañía de telecomunicaciones. 

Y como muestra este botón llamado Cellnex: un caso de éxito, de enorme éxito, como un gestor de éxito, Tobías Martínez, sido despedido por los fondos. De mutuo acuerdo, naturalmente, porque Martínez no quería dañar a la compañía, pero despedido.