Bouygues volvió a batir las expectativas del mercado y alcanzó un beneficio operativo (Ebitida) de 1.140 millones de euros hasta septiembre (10 millones más de los previstos), frente a los 681 millones del año anterior. Sin embargo, el conglomerado francés -construcción, inmobiliaria, telecos y medios de comunicación- de la familia Bouygues, no logró alcanzar el beneficio neto pre-covid y ganó 807 millones frente a los 848 millones de 2019. Eso sí, ganó 524 millones más que en 2020.

Las ventas también aumentaron considerablemente respecto al año pasado (+10%, hasta 27.517 millones de euros), pero no alcanzaron el nivel de 2019, cuando ingresó 27.601 millones.

El mercado ha considerado insuficientes estos resultados y la cotización del grupo ha comenzado la sesión de este martes con caídas superiores al 1,6%.

Todo esto sucede mientras la compañía negocia con Bertelsmann la fusión de TF1 y M6, los dos canales de televisión privados con más audiencia de Francia. El primero, de Bouygues; el segundo, del grupo alemán. Si la operación llega a buen puerto -finales de 2022- estaríamos ante el canal de TV privado más importante de Francia, que controlaría tres cuartas partes del pastel publicitario televisivo del país. Casi nada. Bouygues tendrá el 30% del canal, frente al 16% de Bertelsmann.

En definitiva, la fusión-adquisición significará un salto importante para el negocio audiovisual de la familia Bouygues frente al grupo Vivendi, de Vincent Bolloré, propietario de Canal+ y de tres canales de televisión en abierto, en Francia.