El Banco Central Europeo (BCE) no ha cambiado en su reunión del jueves 28 su política monetaria. Lo cual resulta más que preocupante en la actual situación de falta de aprovisionamientos y de precios al alza. Cada día son más los que repiten lo que ya hemos advertido en estas pantallas de Hispanidad: estamos cambiando de era económica, pasamos de una crisis de sobreabundancia a otra de penuria… que es peor.  

Christine Lagarde, presidenta del BCE, se ha plantado antes los medios y sí, reconoció que la inflación resulta más persistente y preocupante de lo que ella creía, pero… doña erre que erre piensa mantener el precio oficial del dinero y sólo promete, sin concretar, ir reduciendo poco a poco la compra de deuda -sobre todo pública- con la que los bancos centrales han creado una raza de políticos irresponsables que en lugar de exigir austeridad a sus ciudadanos y a ellos mismos, y ofrecerles puestos de trabajo, se dedican a comprar el voto cautivo mediante subvenciones públicas de todo tipo.

Y por el momento, Lagarde no piensa cambiar. A lo mejor cuando lo pretenda, es demasiado tarde.