Los bancos insisten en que no están apreciando un aumento de impagos a pesar de la ralentización de la economía y la elevada inflación, extremo que ha corroborado este viernes el Banco de España. Efectivamente, la morosidad bancaria se redujo en octubre al 3,7%, frente al 3,8% de septiembre y al 4,3% de octubre de 2021.

Y todo esto no deja de tener su aquél, toda vez que es el propio Banco de España el que no cesa en su recomendación para que no se fíen y aumenten provisiones de cara a un futuro más negro y con más impagos. De momento, ganan los bancos por goleada: la morosidad está en mínimos desde 2008 y las entidades han reducido las provisiones -poco, pero las han reducido- hasta los 32.727 millones, 11 millones menos que en septiembre y 6.099 millones menos desde octubre de 2021.

Ahora bien, donde nos tenemos que fijar es en la morosidad de las financieras. Efectivamente, donde se está notando ya el parón de la economía y las dificultades generadas por la inflación y la subida de tipos es en los créditos al consumo, donde la morosidad subió en octubre al 6,3%, frente al 6,2% de septiembre. El volumen de dudosos alcanzó los 2.762 millones, ligeramente por encima de los 2.747 millones del mes anterior.

En definitiva, el dato de morosidad de octubre supone un espaldarazo a las entidades frente a la insistente recomendación del Banco de España de aumentar provisiones, pero esto no implica 2023 vaya a ser igual o mejor que 2022. Todo lo contrario, según todas las previsiones, será peor.