Si uno contempla la balanza por cuenta corriente, el déficit comercial español, tiene que concluir que las cosas no van mal. Al menos, que nos salvamos gracias al resurgir del turismo. Y si tiene mucha caradura acaba concluyendo que la economía va ocmo una moto. Ahi van los datos:

La balanza por cuenta corriente tuvo un superávit de 19.000 millones de euros hasta junio, en comparación con el déficit de 2.000 millones del mismo periodo de 2022, según los datos publicados este jueves por el Banco de España. Recordemos que la balanza por cuenta corriente mide los ingresos y pagos al exterior por intercambio de mercancías, servicios, rentas y transferencias.

En concreto, la balanza de bienes y servicios tuvo un superávit de 30.300 millones hasta junio, en comparación con los 4.100 millones de un año antes. Por su parte, el superávit del sector del turismo supuso 27.400 millones en los seis primeros meses de este año en comparación con los 21.500 millones del primer semestre del año anterior. 

De su lado, la balanza de rentas primaria y secundaria sufrió un déficit de 11.300 millones de euros, todavía más que los 6.100 millones de déficit del mismo periodo del año anterior. 

Mientras que el saldo de la cuenta de capital registró un superávit de 5.400 millones, más que los 3.700 millones de euros del ejercicio anterior.

El saldo agregado de las cuentas corriente y de capital tuvo un superávit de 24.400 millones de euros, en comparación con 1.700 millones del mismo periodo de 2022.

Además, España registró entradas de capital hasta junio por valor de 70.100 millones de euros, frente a los 1.200 millones de un año antes.

¿Estupendo, no? Pues no, un desastre. Sánchez nos lleva la ruina. Cuando uno contempla el informe, incluso en el propio titular, observa que la idea madre del que pasa por ser el mejor servicio de estudios económicos de España (el Banco de España) ha querido destacar no es la evolución de la balanza comercial sino, atención, la capacidad de financiación de la economía española. Un concepto clave pero muy puñetero, porque lo inventó un dipsómano en uno de sus momentos febriles y en lugar de asignarle el nombre correcto, necesidad, prefirió el de capaidad, que, según se mire, puede significar justamente lo contrario.

Lo que el Banco de España nos está diciendo es terrible: nos cuenta que, en tan solo un año, la necesidad de financiación de la economía espñaola se ha multiplciado por cuatro. 3,8 miles de millones a junio de 2023 frente a 0,9 en junio de 2024.

La necesidad de financiación de la economía española define la diferencia entre ingresos y gastos del Estado, siempre con critero de devengo. Traducido: el Banco de España no nos está diciendo que salvamos nuestra balanza de pagos gracias al turismo, que es lo que dirá la mayor mentirosa del reino, doña Nadia Calviño, sino que Sánchez nos lleva a la quiebra. Ahora, con los actuales tipos de interés nos lleva a la ruina pero a gran velocidad. Pero para cuando nos demos cuenta de ello el presidente del Gobierno ya habrá sido reelegido por comunistas y separatistas y dispondrá de otros cuatro años por delante. Más lista, doña Nadia, fautora directa del desastre económico español, se habrá marchado a Europa.