De un tiempo a esta parte, Abanca es el único banco que ha seguido comprando bancos o negocios concretos para seguir creciendo, pero siempre han sido de un tamaño reducido. Ahora, el banco de Juan Carlos Escotet -posee alrededor del 85% del capital- quiere dar el salto y ha reducido el pay out (el dividendo) del 40 al 25%, para tener suficientes recursos propios para comprar un banco mediano en cuanto surja la oportunidad, esto es, en el medio plazo.

“Las hemos intentado en el pasado”, afirmó Escotet en referencia al intento de compra de Liberbank, a comienzos de 2019, por 1.700 millones de euros, en plena negociación de fusión entre la propia Liberbank y Unicaja. Lo cierto es que, tras aquella fusión, no son muchas las opciones que le quedan a Escotet para comprar un banco mediano: Ibercaja, Kutxabank, Cajamar

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Escotet, que no quiso opinar –“y mucho menos en año electoral”- sobre si las últimas reformas del Código Penal impulsadas por el Gobierno nos acercaban a la Venezuela de Maduro, cifró el impacto del nuevo impuesto a la banca en unos 50 millones de euros, una cantidad “relevante”, según el banquero. “Vamos a recurrir por considerarla anticonstitucional”, afirmó este viernes durante un encuentro con la prensa para presentar los resultados de 2022.

Más cosas: el plan de Abanca con Nueva Pescanova, de la que posee el 97% del capital e inyectó otros 70 millones de euros la pasada semana, sigue siendo el mismo, esto es, búsqueda, “sin prisa”, de un socio industrial.