El número de hipotecas constituidas sobre viviendas aumentó un 2,3% el pasado mes de julio respecto al mismo mes de 2021, hasta sumar 35.918 préstamos, la mayor cifra en un mes de julio desde 2010, cuando se firmaron más de 55.000 hipotecas, según los datos difundidos este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Este indicador acumula  17 meses de ascensos interanuales consecutivos.

El importe medio de las hipotecas constituidas sobre viviendas aumentó un 8,1% interanual en el séptimo mes del año, hasta los 146.445 euros, mientras que el capital prestado creció un 10,6%, hasta los 5.260 millones de euros.

Por comunidades autónomas, las que registraron un mayor número de hipotecas constituidas sobre viviendas en julio de 2022 fueron Cataluña (7.102), Andalucía (6.846) y Madrid (5.558).

En tasa intermensual (julio sobre junio), las hipotecas sobre viviendas cayeron un 16%, mientras que el capital prestado lo hizo un 16,6%.

Para las hipotecas constituidas sobre el total de fincas en julio, el tipo de interés medio al inicio es del 2,56% y el plazo medio de 24 años.

El 27,0% de las hipotecas son a tipo de interés variable y el 73,0% a tipo fijo.

El tipo de interés medio al inicio es del 2,10% para las hipotecas a tipo variable y del 2,82% para las de tipo fijo.

Por otra parte, el giro en la política monetaria como consecuencia de las presiones inflacionistas provocará una moderación del ciclo alcista de la vivienda en 2023, según el último Cuadernos de Información Económica, publicación editada por Funcas.

Este informe adelanta que el mercado sigue expandiéndose, tanto en número de transacciones como en precios pese al frenazo de la actividad económica, si bien no tardará en debilitarse debido a la subida del euribor, principal referencia del mercado hipotecario.

Raymond Torres explica que, a pesar de la pérdida de capacidad de compra generada por la inflación, los excedentes de ahorro acumulados durante la pandemia y la evolución relativamente favorable del empleo siguen impulsando la demanda y la subida de precios en 2022 podría situarse en el entorno del 6% en media anual, superior a la de la renta disponible de los hogares. Sin embargo, el mercado se moderará a medida que las condiciones de financiación se endurezcan y el esfuerzo financiero de las familias -ya ligeramente por encima de la media histórica- se incremente. La menor demanda y la mayor oferta provocarán una desaceleración, con unos precios que podrían evolucionar en línea con la renta disponible de los hogares. El autor descarta un hundimiento del mercado o un fuerte repunte de la morosidad en tanto que, a diferencia de la época del estallido de la burbuja inmobiliaria, el mercado no parte ahora de una posición sobrevalorada.