Lo que van a ver a continuación son imágenes reales, que se produjeron en octubre de 2014, cuando una furgoneta de la Universidad Complutense a Excalibur, el perro de Teresa Romero (contagiada por ébola), entre las decenas de personas concentradas frente a la vivienda donde estaba el animal. 

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid había informado de que el animal había sido previamente sedado antes de proceder a su "eutanasia"

En el momento del traslado de los restos de Excalibur la furgoneta abandonó el lugar al grito de "asesinos" y varios jóvenes cayeron al suelo por la tensión, entre ellas una mujer de 55 años que sufrió un síncope, con una leve pérdida de conciencia.