• "Lo que no voy a hacer es arremeter contra ninguna religión y ni mucho menos contra la católica, como creo que pretenden hacer algunos".
  • En la España del PP a los católicos se les permite ser católicos mientras se estén calladitos.
  • Rajoy se despide con el mismo discurso de siempre, el de un Ceo. Y acabará como la UCD.
  • No aporta ni renovación ni regeneración ni saneamiento moral, sólo economía.
  • Y con mucha modestia. "Quiero seguir gobernando España porque es lo que más le conviene a España".
  • Vamos, que no piensa ceder ante Albert Rivera, quien ya ha pedido su cabeza, a cambio del apoyo de Ciudadanos.
El problema de Mariano Rajoy (en la imagen), es que, cuando menos, le faltan dos erres: renovación y regeneración. Pero sobre todo le falta una 'V', la uve de valores. Rueda de prensa balance de legislatura. El Consejo de Ministros extraordinario, reunido el lunes 26, ha convocado elecciones para el 20 de diciembre. El presidente ha aprovechado para hacer balance de legislatura, pero ha sido un balance propio de un consejero delegado, no de un político, de un Ceo, además, empeñado en aumentar el valor para el accionista. Y así cuando Hispanidad le pide que convenza a un católico para que le vote, Rajoy sale por peteneras: "Dicen que hablo mucho de economía pero es que la economía es pensiones, economía es la sanidad, es la educación, es la vida y las preocupaciones de la gente… ¿Qué es lo que más preocupa a la gente?: el paro y los problemas económicos". Claro que sí don Mariano, pero una cosa es la persona y otra la economía, y una cosa es la economía y otra la contabilidad. Al final, acaba en los cerros de Úbeda: "Yo soy católico pero no le voy a pedir el voto a ningún católico por ser católico". Y luego la grandiosa declaración de intenciones: "España es una nación donde hay libertad religiosa, donde las relaciones con la iglesia católica son buenas, unas veces coincidimos y otras no coincidimos". Sólo falta que no hubiera libertad religiosa, aunque es cierto que la actitud de esta derecha pagana, la que lidera Rajoy, ha hecho que los católicos no sean perseguidos en España pero sí considerados ciudadanos de segunda división. Les permitiremos vivir su fe mientras se estén calladitos o hablen en voz baja. Y la guinda para distanciarse de los demás: "Lo que no voy a hacer es arremeter contra ninguna religión y ni mucho menos contra la católica como creo que pretenden hacer algunos", asegura por marcar distancias de forma un tanto fofa, con Pedro Sánchez. En otras palabras, Rajoy es incapaz de aceptar una traición: al electorado católico, por ejemplo, le traicionó con su reforma de la ley del aborto, una auténtica estafa. Pero le es igual porque él "a veces está de acuerdo con la Iglesia y a veces no". Es decir, que Rajoy es un católico a la carta: esta parte del catecismo me mola, ésta no. Y así, el PP se ha hecho incompatible con lo cristiano y los católicos medianamente coherentes sienten que no pueden votar al PP ni a ninguna otra fuerza parlamentaria. Porque, además, el presidente, tras cuatro años ejerciendo la jefatura del Gobierno, se nos ha enchulado. Le preguntan por su mayor logro a lo largo de estos cuatro años y los éxitos bloquean su lengua. Le preguntan por su mayor error y no se le ocurre ninguno. Es más, confunde los errores propios con los de los demás, al responder que lo ha pasado muy mal a lo largo de la legislatura y ha tenido que tomar decisiones muy difíciles. Más modestia: Es el mejor candidato del Partido Popular, "por eso me presento" pero, además, como no salga elegido, ¡pobre España! Hispanidad también le pregunta si estaría dispuesto, como propone Albert Rivera, a ceder su puesto si el PP sólo pudiera gobernar con el apoyo de Ciudadanos y Albert Rivera pidiera -ya lo ha pedido- su cabeza,  él estaría dispuesto a sacrificarse por el partido (a ceder el puesto a Soraya Sáenz de Santamaría, para entendernos): "Yo prefiero que mi cabeza siga sobre mis hombros durante mucho tiempo y usted que lo vea". Menos mal, Rajoy conserva cierto sentido del humor, a pesar de que el PP cada día se parece más a la UCD y ama mucho a su partido, pero no tanto como para sacrificarse por él. En cualquier caso, Don Mariano está convencido de que España le necesita. No lo piensa, lo dice: "Quiero seguir gobernando España porque es lo que más le conviene a España". Do you understand? Esta vez, en su inasequible modestia, no se ha olvidado de alabar al pueblo: "Para mí ha sido un orgullo y un honor presidir el Gobierno de este gran país… agradezco a los españoles su solidaridad" Un poco forzado, ciertamente, pero solidaridad al fin y al cabo. Más reconocimientos "A la Corona, el Rey Felipe VI y a su padre el Rey Juan Carlos". Al final, Rajoy habla de "un país moderno, estable y con unas instituciones plenamente consolidadas". ¿Moderno? ¿Qué es eso? En cualquier caso, un Ceo que no cree en nada salvo en la economía, porque la economía, por si no se habían dado cuenta lo es todo. Al final, Rajoy acaba en la tautología: "Yo creo que en las listas electorales deben ir los mejores, creo que ese es el mejor criterio". ¿Y Cataluña? "Tengo previsto lo que haré con una declaración unilateral de independencia… pero espero que se imponga el sentido común". Sólo que nos deja sin saber cuáles serán esas medidas. Y llevamos dos años con la amenaza. La Generalitat es un coñazo, claro, pero Rajoy también. Eulogio López eulogio@hispanidad.com