La CNMV sigue empeñada en cuestionar las cuentas del Popular anteriores a la resolución y venta del banco al Santander por un euro, esto es, las del ejercicio 2016. Fue el propio Sebastián Albella el que abrió ese melón a principios de año, nada más y nada menos que en sede parlamentaria. Ahora es imposible cerrarlo. Ya no hay marcha atrás, ni siquiera recurriendo al silencio, tal y como hizo el presiente de la CNMV durante el curso de la Apie celebrado la semana pasada en Santander.

¿Por qué la CNMV y su presidente mantienen esta actitud? Llama la atención la insistencia de Albella a la hora de cuestionar unas cuentas a las que él mismo, como presidente de la CNMV, dio el visto bueno. Efectivamente, según consta en las actas del Consejo de Administración del banco, la CNMV dio validez a la reexpresión de las cuentas del 3 de abril. Dicho de otra manera, no había necesidad de reformularlas. Palabra de CNMV que ahora, el propio Albella, pone en entredicho.

Las dudas vertidas sobre las cuentas del Popular de 2016 afectan directamente al Consejo de Administración del banco en la etapa de Ángel Ron. Incluso se están comenzando a cuestionar las cuentas de ejercicios anteriores, lo que no deja de ser una estrategia de doble filo al poner en solfa todo el trabajo del BCE y del Banco de España. ¿Tanta regulación y tanta supervisón para esto?

Sea como fuere, es la propia auditora del banco, PwC, quien exculpa a la anterior cúpula del banco en lo referente a la reexpresión de las cuentas, según consta en los documentos a los que ha tenido acceso Hispanidad. En resumen: eran conceptos nuevos, no aplicables a la etapa anterior.

Todo esto sin olvidar que fue Albella quien, en vísperas de la ampliación de capital de 2016 y en calidad de presidente del despacho Linklaters, aseguró al Consejo del Popular presidido por Ángel Ron que no tenían de qué preocuparse porque todo estaba en orden. Por cierto, la delegación de Linklaters en Reino Unido es, actualmente, la encargada de la defensa de la JUR en el caso Popular.