El lunes 26 comienza el juicio sobre la Oferta Pública de Venta (OPV) de Bankia, probablemente el escándalo, o presunto escándalo bancario que más ríos de tinta ha hecho correr en España –y mira que ha habido escándalos– con un juez, Fernando Andreu (en la imagen) –amigo de doña Dolores Delgado y de Baltasar Garzón–, que ha ido estirando un caso que ya no se sabe si debía haber llegado a juicio, salvo que se trate de ampliar la condena de Rodrigo Rato.

La Fiscalía y el FROB –los damnificados– decidieron que no había falseamiento contable. ¿Entonces?

La clave estaba en si había existido saneamiento contable sobre la situación de Bankia. Pues bien, una vez decidido que no lo hubo, la Fiscalía y el damnificado, el FROB, todos los españoles, se retiraron. Entonces, ¿por qué mantener el juicio cuando, además, todos los presuntos damnificados han cobrado?

Si todos los inversores han recibido su dinero y no hubo delito: ¿se trata de meter a Rato en la cárcel?

Es igual: es un juicio por la OPV de Bankia. Sí, Bankia nos ha costado más a los españoles que este juicio, pero no hacía falta que costeáramos la propina.