La guerra comercial entre EEUU y China ha pasado a ser guerra de divisas después de que el yuan se desplomara el lunes por debajo de los 7 yuanes por dólar, su nivel más bajo desde 2008. Trump no tardó en acusar a Pekín: “China desplomó el precio de su moneda a un mínimo casi histórico”, afirmó el presidente norteamericano en un tuit. Según el gigantes asiático, sin embargo, el desplome fue una reacción del mercado a los aranceles anunciados por EEUU. Pocos se lo han creido.

El caso es que después de enseñar sus ‘armas’ y de llevar la guerra comercial al plano de las divisas, el Banco Popular de China ha dado marcha atrás y ha comenzado a tomar medidas que fomentan la recuperación de su moneda. Entre ellas, drenar el mercado de liquidez. La respuesta no se ha hecho esperar y los mercados, que han comenzado la jornada de este martes con serias dudas y en números rojos, se han dado la vuelta, aunque tímidamente.

Así, el Ibex 35 ha recuperado el color verde y, a poco más de dos horas del cierre bursátil, subía un 0,26%. Aún es pronto para saber si este amago chino ha sido solo eso, un amago, o si estamos a las puertas de una guerra de divisas, algo que temen los mercados financieros. Tras la medida del Banco chino, los principales índices de Wall Street han abierto este martes con subidas: el Nasdaq avanza un 1,3%, S&P sube un 0,9% y el Dow Jones gana 200 puntos.

Lo que sí parece cierto es que un acuerdo comercial entre China y EEUU está cada vez más lejos. De momento, China ha suspendido la compra de productos agrícolas de EEUU a partir del 1 de septiembre, como respuesta al aumento del 10% de los aranceles sobre las exportaciones chinas, anunciado por Washington.