Hay que reconocer que el presidente de Vox, Santiago Abascal, sabe conectar con el sentir de muchas personas, también de izquierdas, que están hartos de que el malo siempre gane y de que el sistema judicial garantista proteja al verdugo y castigue a la víctima.

Y así el líder de Vox ha recuperado popularidad -estaba muy apagado últimamente- al conectar con la propiedad privada, un concepto clave de un sistema político al que se apuntan muchos más españoles de lo que podemos prever. Todos aquellos que están hartos de la injusticia que se esconde tras lo políticamente correcto.

En concreto, Abascal ha dicho que “A los okupas hay que echarles de una patada en el culo, el primer día”. Y a pesar de lo estridente de la frase, el presidente de Vox lo matiza de forma más reglamentaria: las de sus propuestas de ley, consistente en ampliar la pena de cárcel hasta los 4 años para okupas y una norma que posibilite a los policías el desalojo inmediato de los okupas.

Además, con su postura, Abascal ha roto la lamentable tendencia al eufemismo de los políticos españoles. Por tanto, lo de la patada en el culo conecta con la gente que ya está harta de eso: de que los tribunales mimen al verdugo y abandonen a la víctima.