El recuento iba poco por encima del 50% y ya estaban los líderes del PP en el balcón de Génova. Los pobres estaban ansiosos de éxito. Pero no había ganado el PP, había ganado Ayuso.

No nos engañemos: la presidenta madrileña no representa un cambio ideológico en el Partido Popular. Ha ganado porque se ha hecho simpática y se ha hecho simpática porque se ha alejado de la pedantería reinante en la clase política española.    

Pero no hay cambio de rumbo en el PP. Podemos repetir, una y otra vez, que las banderas gay que ondeaban delante de la sede de Génova y en los balcones colindantes son algo natural. Pero no es verdad. Todos sabemos lo que va de presentar un recurso contra el gaymonio ante el Tribunal Constitucional a la exhibición de banderas arco iris el día de su triunfo en Madrid.

Para ser exactos: no ha ganado el PP, no ha ganado Casado, ha ganado Ayuso

Ganó Ayuso pero, sobre todo, perdió el PSOE. Porque los resultados de Ángel Gabilondo no tienen un pase. Sobre todo porque lo que ha perdido el PSOE es su voto sensato, mientras el voto de izquierda se ha ido a los comunistas de MasMadrid, que no son otra cosa que los neocomunistas de Podemos.

Eso sí, el guerracivilismo rampante tendrá que esperar. A lo mejor no por mucho tiempo, pero algo es algo.

Abascal asegura que en Madrid se ha derrotado al Frente Popular. Olvida que el triunfo sobre el Frente Popular no lo consiguió el patriotismo español: lo consiguió el voto católico. Insisto: Franco no hubiera ganado la guerra civil si la II República hubiera dejado en paz a la Iglesia.

El propio Abascal ha comenzado a despreciar ese voto católico. Debería recordar que hay mucha gente que aunque no crea en el dogma cristiano, sí cree en los principios cristianos.

Pablo Iglesias: quien a hierro mata, a hierro muere

Pablo Iglesias ha fracasado. Necesitaba a volver a Madrid porque había perdido su primacía en todas las comunidades autónomas y languidecía en sus puntos fuertes. Podemos es un producto del 15-M madrileño y su fracaso en Madrid y en otros lugares: quien a hierro mata, a hierro muere. Incluso votantes comunistas ni tan siquiera soportan la soberbia de Pablo Iglesias.

Al dimitir de todos sus cargos, Pablo Iglesias no hace un gesto de humildad sino de soberbia infinita. No quiere ser diputado regional de base y prefiere marcharse. Hará mucha tele

Se dice 'bicho expiatorio' pero no se engañe señor Iglesias:  Lo que a usted le ha ocurrido es que quien a hierro mata a hierro muere.

Por cierto, una cosa es que el mayor fracaso de estas elecciones haya sido el del PSOE y otra bien distinta es que a Pedro Sánchez, don Orgullo, le haya servido de lección. No le ha servido de nada. Lo que hizo Sánchez fue esconderse en Moncloa y enviar a Torrente-Ábalos con el mismo discurso cínico: el PP se ha mimetizado con la ultraderecha.

Ya lo dijo Voldemort: “No aprenden”.