Cellnex ha empezado a salir de compras tras haber cerrado con éxito la ampliación de capital por 4.000 millones de euros. Un movimiento que se esperaba, según los analistas del Banco Sabadell, pero no lo hace de cualquier manera, sino aumentando su geografía: entra en Polonia con la compra de 7.000 torres a Iliad. Y el mercado lo aplaude: las acciones han subido más de un 2%.

El operador de infraestructuras de telecomunicaciones ha repetido el modelo de Francia, pues ha adquirido el 60% de la nueva compañía que gestionará las torres polacas por 800 millones, mientras Iliad, a través de Play, mantendrá el 40% restante. Un precio barato, pues apenas supone un 3,1% de la capitalización de Cellnex (unos 25.800 millones), y además el acuerdo recoge la posibilidad de invertir hasta 1.300 millones para desplegar hasta 5.000 nuevos emplazamientos en los próximos 10 años. Y una vez que se complete tanto la adquisición inicial como el despliegue de los nuevos emplazamientos, el Ebitda se elevaría en 220 millones y el flujo de caja, en 160 millones.

Entra en Polonia a un precio barato (3,1% de su capitalización) y el acuerdo recoge la inversión de hasta 1.300 millones para desplegar 5.000 nuevos emplazamientos 

Los analistas del Banco Sabadell no descartan que Cellnex pueda incrementar su participación en el nuevo vehículo con el que gestionará 7.000 torres en Polonia. Y encima supone la entrada en uno de los países y economías de más peso en la Europa del este, donde las perspectivas de crecimiento son elevadas, más si tenemos en cuenta posible venta de torres de otros operadores en el país.

Paralelamente, no hay que olvidar el accionariado de Cellnex, sobre todo, a su principal accionista (Edizione, el holding de los Benetton) que es dueño del 13%. Esta familia italiana está ahora centrada en Atlantia por varios motivos: su participada Autostrade per l’Italia pasará a ser una empresa pública que controlará las concesiones de las autopistas italianas, como saben, pero hace unos días ha rechazado la primera oferta del Gobierno de Giuseppe Conte (hecha en alianza con los fondos Blackstone y Macquarie) para comprar el 88% y tampoco está conforme con la valoración que se ha dado para el resto de su participación (la salida a bolsa) pues no cumple sus expectativas, por ahora.

Los Benetton están ahora centrados en Atlantia y lo que pase con Autostrade per l'Italia: TCI ha sido el más crítico con el acuerdo del Gobierno italiano. Y ojo, la segunda generación no es como la primera

A esto se suma el hecho que Atlantia celebrará su Junta de Accionistas el jueves 30 y el fondo TCI, que ha sido hasta ahora el más crítico con el acuerdo del Gobierno italiano, ha elevado su participación al 10%, aunque sólo el 1,2% tiene derechos de voto. Y no podemos olvidar que hace unos meses, se reagrupó la segunda generación de la familia Benetton en Edizione, que decidió mantener al veterano Gianni Mion como presidente durante tres años más, pero aún tiene pendiente elegir a un director ejecutivo del holding.

Ojo, porque la segunda generación no es como la primera: no participó en la ampliación de capital de Cellnex, porque no le venía bien poner más dinero si podía seguir controlando la tecnológica con menos y mantener la presidencia (la cual ocupa Franco Bernabè) y ha empezado a correr el rumor de que, tras los muchos problemas con las autopistas italianas, los Benetton podrían abandonar las infraestructuras y otros muchos negocios y acabar siendo sólo un family office. Es más, hay quien puede pensar que en el caso de que los Benetton decidieran salir de Cellnex, uno de los interesados sería Telefónica, aunque cuesta ver una operación de compra porque la teleco vale en bolsa poco más de 16.300 millones, frente a los 25.800 millones de Cellnex: tendría más sentido una alianza con su división de torres, Telxius, para hacer cosas juntos.