El Frente popular de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias (el Pacto de los Picapiedra) continúa implantando la muerte en España. La economía ya empieza flaquear pero, eso sí, el mercado de la muerte continúa creciendo. La primera ley que se presenta tras la formación del Gobierno será este martes, 11 de febrero, y es otra ley de propagación de la muerte, porque los progres son tipos muy alegres y les encanta la muerte, sobre todo la de los demás.

Provocar la muerte nunca es digno, es homicida. Y el suicido ‘asistido’ tiene otro problema: que lías a un tercero, al asistente

El proyecto de ley de eutanasia llega al Parlamento este martes 11. Muerte digna, le dicen, aunque la muerte provocada nunca es digna: es homicida. Y aunque la eutanasia es perversa: no sólo refleja la desesperación humana ante el dolor y la muerte, sino que lía la conciencia de un tercero: el que tiene que matar. Le llaman ley de suicidio asistido, y el suicidio es el peor de los homicidios, pero lo de “asistido” tampoco se queda manco: significa que, en lugar de tirarte por el balcón, tú solito, pones en solfa la conciencia de un tercero: el sanitario, el que te tiene que quitar la vida.

La eutanasia es la plasmación de una sociedad desesperada y cobardona, incapaz de rentabilizar el dolor y de asumir las consecuencias de sus actos. Por eso lía a un tercero

Además, la norma del PSOE vulnera un tercer derecho, el más vulnerado hoy en día: la objeción de conciencia.

Y recuerden, sin objeción de conciencia no hay libertad de conciencia. Sin libertad de conciencia no hay conciencia, y sin conciencia el hombre se convierte en un guiñapo.

Y la guinda de la tarta: la ley vulnera el derecho a la objeción de conciencia de los sanitarios Y sin objeción de conciencia, ni hay conciencia, ni hay libertad, ni hay hombre

Y la guinda de la tarta: se trata de una ley innecesaria, verdaderamente estúpida dado que para evitar el dolor en los momentos finales la solución no es matar sino paliar el dolor. Esto es, no se necesita una ley de eutanasia, sino una ley de cuidados paliativos, que es la contra-propuesta del PP al proyecto eutanásico -y suicida- de Pedro Sánchez. Aquí sí ha estado listo Pablo Casado, hay que reconocerlo, aunque sigue siendo un partido abortero y el aborto es igual o peor que la eutanasia: ambos se ensañan con el más débil pero el nonato es el ser más inocente y más indefenso de todos. Aún más que el anciano.

El Frente Popular de Sánchez cierra el círculo del mercado de la muerte. Enhorabuena Pedro, enhorabuena Pablo.