El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, está deprimidísimo. Él es el responsable de cuadrar las cuentas que la demagogia de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, sus superiores jerárquicos, convierten en objetivo imposible.

Escrivá repite ahora que la culpa la tiene la prensa, que preconiza que el sistema público de pensiones está en quiebra. Caramba: una cosa es que sea cierto y otra que haya que pregonarlo.

La sociedad 25x3 es el fruto más granado de la progresía: 25 años de educación, 25 trabajando y a jubilarse a partir de los 50. Insostenible

Pero en el entretanto, se apunta a la demagogia de sus jefes, que preconizan el mantenimiento del sistema adquisitivo de 10 millones de pensionistas cuya nómina sale por 10.000 millones de euros al mes, por 14 pagas anuales, en una economía con el paro al alza y con un PIB que caerá este año cerca del 14%. Eso pasa en una empresa privada y el consejo se declara en concurso de acreedores.

Y encima, el gasto en pensiones se financia, o así está previsto, con las cuotas sociales más caras de Europa, que recaen en un 80% sobre la empresa y en un 20% sobre el trabajador. Juan Español sigue pensando que las cuotas que paga hoy cuando está en activo, financian su jubilación: ¡pobre infeliz! Así sería si tuviéramos hijos. Como no los tenemos, lo que financian sus cuotas es la jubilación de sus padres. La suya está en el aire porque ha sido muy egoísta y no ha tenido hijos… y la población activa continúa en caída libre.

La mentira feminista: la marginada hoy en Occidente no es la mujer, es la madre

Esos elevados impuestos laborales suponen además, que la economía sumergida reina en España. Señora ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, otra de las grandes demagogas, ministro Escrivá: ¿quieren ustedes que no haya economía sumergida? Fácil: cambien las cuotas sociales por IVA, como han hecho los países nórdicos. Y ya verán como desaparecen como por ensalmo los falsos autónomos y el pago en ‘B’ de salarios.

Para entendernos: en una población tan envejecida como la española, porque llevamos tres generaciones sin tener hijos, sin tan siquiera cubrir la tasa de relevo -2,2 hijos por mujer en edad fértil- la única solución a la quiebra del sistema público de pensiones (por cierto, el sistema privado tampoco es una solución) consiste en retrasar la edad de jubilación hasta los 70 años e instaurar el salario maternal, que debiera sustituir al Ingreso Mínimo Vital, del demagogo de Pablo Iglesias.

Gozamos de mejor salud que nuestros padres y la esperanza de vida no deja de aumentar. La gente declina ahora a partir de los ochenta y muere pasados los noventa. Pues bien, hay que prohibir la prejubilaciones -sí, prohibirlas- y no ofrecer pensión hasta los 71.

Seguimos burlándonos de las familias numerosas, un invento del franquismo: pues ojalá tuviéramos hoy muchas más

Al tiempo, hay que premiar -porque es de justicia- a la mujer madre. Una de las grandes mentiras feministas es que la mujer está marginada en el trabajo. Mentira, la mujer no está marginada: la que está marginada es la madre. Por eso, hay que sustituir el Ingreso Mínimo Vital (IMV) y las rentas sociales de las comunidades autónomas por un salario maternal como el que existe en Europa, que se ofrece a la mujer por tener un hijo. En el IMV de Pablo Iglesias, la sociedad paga al individuo a cambio de nada. En el salario maternal la sociedad paga a la mujer por la mejor tarea ‘económica’ que puede aportarse hoy a la sociedad: educar a futuros contribuyentes.

Así que Escrivá está deprimidísimo. Ya no se le ocurre qué hacer para dar respuesta al problema insoluble de la jubilación… sobre todo porque ha sido creado por la demagogia de socialistas y podemitas y por la mentira feminista de que tener muchos hijos es propio de mujeres idiotas. Las listas son las que triunfan en el mundo… que son, como en el caso de los varones, una centésima parte de las que lo intentan. Es curioso, el feminismo pregona el trabajo de la mujer fuera del hogar: es decir, pregona que deje de ser reina de su casa para convertirse, como el varón, en esclava de un sistema productivo.

Y encima, desde Moncloa se anima las prejubilaciones a costa de promocionar las fusiones

Y encima, es la última noticia, José Luis Escrivá contempla cómo desde su gobierno se animan las fusiones empresariales, verdadero criadero de prejubilaciones, exponente último de la sociedad 25 por 3, que es la que nos ha llevado a la ruina: 25 años de formación, 25 años trabajando y a los 50 ya estoy pensando en la responsabilidad de prejubilarme. Y luego nos extrañamos de que el sistema público de pensiones esté quebrado.

Seguimos burlándonos de las familias numerosas, como un invento del franquismo: pues ojalá tuviéramos hoy muchas más familias numerosas.