E.On ha recuperado algo de brillo, pues ha vuelto a beneficios en el primer trimestre, cuando ha ganado 801 millones de euros. Una buena noticia, si se compara con las pérdidas atribuidas de 438 millones que presentó hace un año (cuando preferió presumir de que el beneficio neto ajustado fue de 678 millones) y con la cifra ganada en el conjunto de 2020 (1.017 millones), pero ojo, porque sigue teniendo una elevadísima deuda: de casi 40.800 millones, muy superior a su capitalización bursátil (unos 28.000 millones).

“Hemos tenido un comienzo exitoso de año”, ha destacado el director financiero, Marc Spieker, que además ha confirmado las previsiones anuales, entre ellas, un resultado bruto de explotación (Ebitda) de entre 7.200 y 7.500 millones. La primera productora de electricidad en Alemania ha tenido un Ebitda ajustado de 2.445 millones, algo superior al de hace un año (2.195 millones). Por su parte, los ingresos de E.On han subido un 4%, a 18.402 millones. De estos, el negocio de clientes ha aportado 14.836 millones (+3%); y el de redes, 4.780 millones (+2%).

La deuda neta se ha situado al cierre de marzo en 40.776 millones, ligeramente superior a la de hace tres meses (40.736 millones). Y ojo, porque sigue superando con creces la capitalización bursátil de la eléctrica alemana, que asciende a unos 28.000 millones.