Endesa trabaja desde el verano en un plan para instalar 4.000 electrolineras en España, un salto significativo en el subyace, al margen de consideraciones estratégicas, el propósito, importante, de su presidente, Borja Prado, de recuperar la interlocución con el Gobierno. Otra cosa es que lo consiga por las reticencias de Moncloa, que lo considera de derechas, al tiempo que se repiten las críticas contra la matriz italiana, Enel, porque piden mucho e invierten poco.

Con la instalación de las 4.000 electrolineras, cuyo plan presentará en breve, se marca un tanto respecto a Iberdrola, cierto es, mientras, dicho sea también, en la eléctrica que preside Galán irrita -y de qué manera-, cómo Prado se sirve del diario económico Expansión para anunciar y anunciarse, algo que tiene que ver con lo que el presidente Prado Eulate vende en Italia: su capacidad de influencia mediática.

En el entretanto, el presidente de Endesa irrita a Iberdrola con el uso de ‘Expansión’

Se trata, en fin, de gestos y gestos, para atraer a la ministra Teresa Ribera, por un lado, o que molestan profundamente a Iberdrola, según fuentes consultadas por Hispanidad. Los últimos botones de muestra ha sido la fotografía, esta semana, de Prado junto al equipo directivo del medio -comidilla en el sector eléctrico- y varios ministros de Sánchez o una información sobre de la gestión de deuda de grandes empresas de Ibex… que deja claro, al margen de cómo estén Telefónica o Ferrovial, que Endesa, la mayor eléctrica de España, es la más aplicada para reducir el coste financiero de esa deuda (por debajo del 3%) e Iberdrola, oh cielos, la segunda más endeudada del índice selectivo español.

Respecto a lo anterior, la interlocución con el Gobierno, ya hemos contado que Teresa Ribera prefiere como interlocutor a José Bogas, el consejero delegado, más atento a la gestión y con el que habla con frecuencia, no así con Borja Prado. Está en juego, como es lógico, la cooperación de la eléctrica en sus planes para dar un vuelco al modelo energético español, todo renovable en 2050, un brindis al sol.

Está en juego la cooperación de la eléctrica en sus planes para dar un vuelco al modelo energético español

Para Ribera late el perfil más técnico que político de Bogas, pero para Moncloa, en paralelo, juega el papel más político que técnico de Borja Prado y, encima, de derechas. Y a eso se añade su papel acomodaticio con los designios del patrón italiano, Enel, al que Prado ha dado todas sus bendiciones sin objeción alguna. El resultado es la vaca exprimida por Enel, que es en lo que ha quedado Endesa tras un proceso de vaciamiento sistemático.

Hasta UGT, que tiene la mayor representación sindical en Endesa, ha dado eco a ese vaciamiento a través de una carta en la que pide a los consejeros de la eléctrica que no sean “cómplices” del “expolio” que practica Enel en una empresa que “fue líder y referencia del sector eléctrico”. Es la misma razón que los trabajadores esgrimieron en marzo, no ante el Ministerio de Industria, sino ante la ante la embajada de Italia en España, con un balance demoledor: la italiana tiene ahora los mismos empleados que tuvo Endesa en sus días de gloria, 27.000, frente a los 8.789 actuales.