La percepción de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, con Endesa oscila por los cargos de su cúpula, en primer término, pero es inseparable, en paralelo, con lo que espera de la eléctrica para dar un vuelco al modelo energético, centrado en las renovables, según fuentes consultadas por Hispanidad.

Dicho de un modo rápido: prefiere como interlocutor al consejero delegado, José Bogas, más atento a la gestión y con el que habla con frecuencia, frente al presidente, Borja Prado, un puente con el accionista de control, la italiana Enel. Pero esto es lo curioso, que ésta se dirige desde Roma y el papel de los dos ha quedado un tanto desdibujado, mientras luchan entre ellos por mantener su influencia en Italia... y ante el Gobierno español.

El punto de vista de la eléctrica le interesa, en consecuencia, del mismo modo que lo que aporten Sánchez Galán o Francisco Reynés

Encima, la ministra más verde del verde Gobierno Sánchez prefiere negociar con el CEO, al que considera más técnico que al político presidente (y no de izquierdas, precisamente). Llama al primero, en fin, lo que incendia los celos del segundo, porque a Ribera lo que le interesa es dar cuerpo a los cambios estructurales, en los que trabaja desde que ocupa la cartera para poner los cimientos antes de que acabe el año. Y en este terreno, el veterano eléctrico Bogas resulta más eficiente. El punto de vista de la eléctrica le interesa, en consecuencia, del mismo modo que lo que aporten Sánchez Galán (Iberdrola) o Francisco Reynés (Naturgy). Pero mejor con Bogas.

Otra cosa es, según las mismas fuentes, que Endesa sea también una de las preocupaciones para la ministra porque tiene en cuenta -queja lanzada a Bogas- el mismo esquema de Enel, más pendiente del dividendo -la italiana es la gran receptora como principal accionista (70%)- que de la mejora del sistema eléctrico, que depende de las inversiones.

La ministra se queja a Bogas de prestar más atención al esquema de Enel, por el dividendo, que a las mejoras en las redes

Los argumentos de Ribera son parecidos a los el anterior ministro de Energía, Álvaro Nadal, que pidió a Endesa que invierta mucho más España, donde destina el 60% de lo que proclama. Ahora bien, el gran defensor de lo contrario ha sido precisamente el CEO, que ha cifrado esa inversión en 600 millones anuales, el preferido de Ribera.

La ministra tampoco se cree las cifras, y ha pedido a la eléctrica que mejore en distribución y digitalización de las redes, con la misma crítica sobre el interés de Enel en Italia y el desinterés en España. Para ella, Endesa está centrada en generación, de la que vive, mientras pide mejoras para distribución, en la que no invierte.