Aumenta la sospecha, ahora certificada por el regulador bursátil, de que Josep Borrell utilizó información privilegiada para vender acciones de Abengoa en su etapa de consejero de la ingeniería, un motivo de peso para dimitir con el mismo criterio que se ha aplicado para forzar la renuncia de no pocos cargos públicos en países europeos.

Las acciones en cuestión no eran propiedad del hoy ministro de Exteriores, sino de una persona de su entorno, ha confirmado la CNMV, en el mismo comunicado (en el documento adjunto) en el que ha confirmado que inició un expediente sancionador el 13 de julio de 2017 sobre venta de acciones por importe de 9.030 euros, ordenada dos años antes (noviembre de 2015) por Borrell. El regulador añade que en esas fechas tenía información relevante que no había sido publicada.

El ministro socialista fue consejero independiente de Abengoa de 2009 y noviembre de 2016, cuando Gonzalo Urquijo decide, entre otras medidas, reducir el Consejo de 12 a siete representantes. Era una de las vías para acabar con una etapa de despilfarro que supuso la presidencia de Felipe Benjumea.

Y la desvergüenza paralela: los consejeros de Abengoa, entre ellos Borrell, cobraron 32 millones en 2015, en una empresa en quiebra

Ese despilfarro, en fin, llegó también a los consejeros, que cobraron 32 millones en 2015, con la empresa en quiebra, como informó en su día Hispanidad. Remuneraciones desproporcionadas, en fin, en el último ejercicio de la vieja Abengoa, que más que duplicaron las cobradas en 2014 (15 millones).

Borrell, además, presidió las Comisiones de Nombramientos y Retribuciones, de Estrategia y de la Auditoría, donde se supervisan las cuentas. Anunció entonces su dimisión, aunque no fue imputado.

El caso alimentó el debate sobre las puertas giratorias, uno de los argumentos por el que Borrell reaparece como el Guadiana, cíclicamente, en las redes sociales con relación a Abengoa y el valor de sus acciones. Basta poner su nombre en el buscador de Twitter para hacerse una idea.

El regulador confirma el expediente sancionador, que no es firme porque puede recurrir

El propio Borrell ha confirmado ahora la resolución de ese expediente, del 27 de septiembre, que recurrirá, una posibilidad abierta por la CNMV, que explica que si la resolución no es firme aún, es por ese motivo. Puede en alzada ante el Ministerio de Economía y Empresa y después ante la jurisdicción contencioso-administrativa.

El ministro se escuda en la escuda en la escasa cuantía -no llega a 10.000 euros-, pero el grado aumenta por las circunstancias de la operación, con Abengoa en puertas de su mayor crisis, a la que sucedió posteriormente una profunda reestructuración de la deuda para escapar del concurso de acreedores. En esas fechas, la empresa estaba en preconcurso y negociaba con los acreedores, en paralelo, su supervivencia.

Otro ministro tocado, no hundido, porque Pedro Sánchez no puede consentir que le dimitan más ministros. Podría tocarle dimitir a él.