• Rece por mí porque el Diablo anda suelto, le pidió el Papa a un empresario español, de visita en el Vaticano.
  • Lo que no deja de recordar aquello de "viviréis entre demonios".
  • Y demuestra que Su Santidad tiene poco que ver con la imagen que desde fuera y, ¡ay!, también desde dentro, la progresía ha querido forjar de él.
  • Por cierto, hablamos del primer Papa hispano, precisamente el subcontinente donde se ceba con mayor saña el Nuevo Orden Mundial (NOM).
Se supone que cualquiera que señale, aunque sea con la mayor de las alegrías, que los tiempos que corren parecen singularmente abyectos, o que nos aproximamos a un final de ciclo, o que algunas cuestiones que han alcanzado respetabilidad resultan especialmente aberrantes hasta para la sociedad más permisiva, es una especie de cavernícola, probablemente ultracatólico, nada que ver con la primavera de la Iglesia (qué cursilada más grande!), es decir, con el Papa Francisco. Debe ser de la Curia que tanto molesta aunque nadie sepa de qué estamos hablando cuando hablamos de la curia, la puñetera curia. Pues bien, uno de los más conocidos empresarios españoles visitó recientemente al Papa. No como empresario, sino como cristiano sometido a una encrucijada personal dolorosa. En la despedida, Francisco, el presunto Papa progresista, le toma las manos y le hace su petición habitual: "Rece por mí". Pero lo que sorprendió al empresario fue la coletilla… "porque el demonio anda suelto". Para los progres, un Papa moderno, 'de los nuestros', no puede ni mencionar al demonio. El demonio sólo existe en la cholla de las mujeres estúpidas. Es un personaje superado por la historia y, por supuesto, por la modernidad, que tampoco sabemos qué puñetas es pero tememos a nuestras sospechas. Y lo malo es que las palabras del Papa, asignando a Satán una papel particularmente acentuado en los tiempos actuales, coincide con la revelación que habla de que "viviréis entre demonios", unas palabra cada vez más escuchadas en esta revelaciones particulares. Por otra parte, el número de cristianos, también no practicantes, incluso agnósticos, convencidos de que vivimos una etapa fin de ciclo y que algunas barbaridades de hoy no tienen parangón -sobre todo por generalizadas- en toda la historia de la humanidad, aumenta día a día. Pero sin entrar en honduras, todo esto demuestra que Su Santidad tiene poco que ver con la imagen que desde fuera y, ¡ay!, también desde dentro, la progresía ha querido forjar de él. Otra cosa es que su estilo haya provocado mucha confusión en asuntos, algunos relevantes, de doctrina y magisterio, pero eso no significa que este papa sea el Papa progre. Ni mucho menos. Ningún progre está convencido de que el demonio está actuando de forma cada vez más intensa y descarada en el mundo. Digamos que Satán se está quitando la careta. Por cierto, hablamos del primer Papa hispano, precisamente el subcontinente donde se ceba con mayor ensañamiento el Nuevo Orden Mundial (NOM). La batalla para obligar a la hispanidad, e primer colectivo católico del mundo a aceptar el aborto ha sido perfectamente resumido y descrito en Hispanidad. Hay que malear Hispanoamérica, empezando por la madre patria, es decir, España. En cualquier caso, repetimos que la imagen del Papa Francisco ha sido secuestrada por el NOM, por la progresía. Por los ajenos a la Iglesia pero me temo que con la connivencia de los de dentro y justo en el momento en que el Papa nos advierte contra Satán al que, desde ahora, habrá que tener en cuenta, en calidad de invitado indeseable que se nos ha colado en el banquete con su habitual prepotencia. Eulogio López eulogio@hispanidad.com