Insiste el Papa Francisco en que los misioneros no deberían hacer proselitismo. A lo mejor por ello, uno de los organizadores del Sínodo de la Amazonía, importante prelado, presume de que en dos décadas con los indígenas aún no ha bautizado a ninguno. Mismamente como San Francisco Javier, al que le dolía el brazo de tanto bautizar.

Entiéndame, infiero que es lo que quiere decir Francisco: que el mejor predicador es Fray Ejemplo y que debe evitarse el orgullo de haber conseguido muchos carnés de conversos. Pero claro, jugar con las palabras nunca ha sido un negocio muy rentable. Veamos: ¿en que se diferencia el proselitismo de la evangelización? Esto es como lo del erotismo y la pornografía. Los que somos un poco brutos no acabamos de distinguirlo. Y aunque nos hablen de la ‘pasión fuerte de amor’… pues chico, uno es de Ventanielles (ilustrísimo barrio de las muy noble ciudad de Oviedo) y no acaba de cogerlo.

Pero llámese evangelización o llámese proselitismo, lo cierto es que el Sínodo del Amazonas tiene un peligro muy parecido al Sínodo de la Familia, un olor a cisma que hiede desde el Pacífico al Atlántico.

El cisma no es concepto ajeno a la Iglesia actual. Como ocurrió con la teología de la liberación, el actual cisma proviene de Alemania y pretende expandirse por Hispanoamérica la gran esperanza de la Iglesia actual.

Sí, hablamos de cisma y peligroso cisma y nada menos que en la mayor crisis de la historia de la Iglesia. O sea, hoy mismo.

La sacramentalización de los cultos indígenas es la vieja pesadilla contra la que lucharon los evangelizadores españoles

Lo decía el propio Francisco, en la rueda de prensa del viaje de vuelta del su último viaje apostólico, que no proselitista, a Madagascar y Mozambique. Dice Vatican.va: “Sobre un posible cisma, (el Papa) no se descompone demasiado. En la Iglesia, observa, siempre existe ‘la opción cismática… No le temo a los cismas, rezo para que no haya ninguno’. Un cisma, observa, es siempre "un desapego elitista provocado por una ideología desprendida de la doctrina".

Habla de un cisma de los de “moral rígida”. Y sí, es posible que sean los tradicionalistas el detonante del cisma, cabreados como están por el caos doctrinal actual (y en lo del caos tienen razón) pero no son los ejecutores ni los aprovechadores del cisma: eso queda para los clérigos progres.

Ya saben: todavía hay algo más tonto que un obrero de derechas: un hombre feminista. Pero todavía hay algo más tonto que un varón feminista: un cura progre.

Pues bien, el Sínodo de la familia acabo con el super-lío mental del sacrilegio eucarístico, la posibilidad -no aprobada pero tampoco vetada- de comulgar los divorciados y arrejuntados.

Algún malvado dijo entonces que Francisco no había cambiado la teoría -la doctrina- pero sí la práctica. Pues bien, en el Sínodo de la Amazonía nos enfrentamos a dos peligros, peligro el uno, tenebroso el otro.

1.Ordenación de hombres casados ante la falta de sacerdotes. Varones de fe probada, naturalmente… aunque nunca queda claro quién prueba al prójimo y con qué criterios.

Y sólo en casos excepcionales, naturalmente, naturalmente, naturalmente…

Francisco debería actuar con más autoridad que en el Sínodo de la familia… que ha sido semilla de confusión planetaria

Eso es peligroso por que la segunda propuesta -vamos que han abierto un debate- se refiera a los sacramentales. Sí, ya sé que he dicho así, sacramentales, uno piensa en el agua bendita y poco más, pero me temo que no va por ahí la cosa.

No. Se refiere a la incorporación a la liturgia de ritos indígenas, es decir idolátricos. Ya saben: inculturación y otras tontunas. ¿Quieren imágenes? El energúmeno de Evo Morales adorando a la Madre-tierra. la Pachamama, y otras chorradas similares. Algo muy actual, que haría las delicias de los firmantes del acuerdo de París sobre Cambio Climático y transición ecológica.

Por cierto, los conquistadores españoles terminaron con los ritos indígenas, muchos de los cuales, sobre todo aquellos que conllevaban sacrificios humanos, eran decididamente satánicos.

En otras palabras mediante los sacramentales indígenas, algunos clérigos muy modernos pretenden aprovechar el muy indígena Sínodo amazónico por la salvación del Planeta (de la Pachamama, como creo haber dicho antes) pretende lo de siempre: ir sustituyendo la Eucaristía, el gran regalo de Dios a los hombres, por el gran sueño del Adversario, que no ha sido otro, desde hace 21 siglo, que sustituir la Eucaristía por el sacrificio de la adoración a la Bestia.

¿Exageraciones? Pero hombre, si es lo que está al fondo de la actual crisis de la Iglesia, la mayor de la historia, que comenzara poco después de conclusa la II Guerra Mundial.

Tengo para mí que va a haber que rezar mucho por el Sínodo del río Amazonas. Por ejemplo, para que de este segundo y puñetero Sínodo no salga mucho más allá que el respeto -¡Oh sí- por el medio ambiente (No queremos medio ambiente, lo queremos entero), incluso por la puñetera madre-tierra, ídolo del puñetero Sínodo, que fuera creada por Dios al servicio del hombre pero que los profetas del Apocalipsis climático han elevado a la categoría de ídolo tiránico que esclaviza al hombre. No es casualidad que el Acuerdo por el Cambio climático se haya convertido en el instrumento más puñetero y liberticida del momento.

Pero al final, no lo duden, el asunto es profanar la Eucaristía. Algunos, en este Sínodo huelen a sacrilegio que apestan. Cortés, Pizarro y compañía se encontraron un espectáculo muy parecido a esto. Y supieron cortar por lo sano.

También hay que rezar por Francisco -él no deja de pedírnoslo- para que actúe con más autoridad y claridad que en el Sínodo de la familia, que ha sido semilla de confusión global.