SM la reina doña Letizia vuelve a estar fuera de control y, esta vez, inoculada de feminismo.

La concreción de tamaña tendencia y singular pendencia se manifiesta en su empeño en tener agenda propia. Vamos, que no quiere acudir como reina consorte, algo que, considera, le reduce al papel de florero, a la sombra de su esposo. Curioso, porque, como recuerda uno de los asesores de Zarzuela, ella es reina consorte.

Desde el octogésimo cumpleaños de su suegra, ha vuelto a las andadas

En cualquier caso, a doña Letizia no le gustó la reunión sorpresa que, con motivo de su octogésimo cumpleaños, el rey Felipe VI preparó para su madre, la reina Sofía, una reunión a la que acudió la Infanta Cristina, por primera vez en muchos años, acompañada de sus hijos.

La presencia de la infanta Cristina en Zarzuela se convirtió en motivo de conflicto institucional

Y si el asunto se quedara en una bronca de suegras y cuñadas, probablemente no tendría mayores consecuencias. El problema llega cuando la reina consorte de España se empeña en decidir su propia agenda… y en recargar la de su esposo, por su autoexclusión de lo que no le gusta.