A raíz de algunas noticias relacionadas con Forestalia y X-Elio, cabe preguntarse si alguien quiere explotar renovables en España, pues podría resultar que no. Ojo, esto sería preocupante y más con la transición energética en marcha y los cierres del carbón y de la nuclear previstos.

No se están cumpliendo las expectativas y la ministra de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, no ha hecho más subastas. De hecho, culpa a su antecesor en el cargo, el popular Álvaro Nadal, que sí hizo subastas, porque aún no se han puesto en marcha los megavatios (MW) adjudicados o llevan bastante retraso. Esto se debe, entre otras razones, a que muchas adjudicatarias no tienen capacidad (ni financiera ni tecnológica) para hacerlo: necesitan la ayuda de fondos y de otras empresas.

Muchas adjudicatarias de las subastas no tienen capacidad tecnológica ni financiera para poner en marcha proyectos de renovables: necesitan ayuda de fondos y de otras empresas

Entre ellas, está Forestalia, compañía fundada por Fernando Samper Rivas (miembro de la familia propietaria de Grupo Jorge, la tercera cárnica española), que dio la sorpresa al hacerse con 1.924 MW en las subastas de 2016 y 2017. No se ha retirado del negocio de renovables, pero acaba de vender un proyecto eólico antes de empezarlo a Repsol por 335 MW entre Zaragoza y Teruel. Asimismo, está desarrollando otros, pero no lo hace sola, sino con compañía:

  • en el proyecto ‘Goya’ (300 MW) trabaja con la energética gala Engie, Mirova (gestora pionera en inversiones de impacto y filial de la gestora francesa de activos y fondos Natixis Investment Managers) y la estadounidense General Electric
  • el segundo, denominado ‘Phoenix’ (342 MW), cuenta con los mismos actores
  • y en el tercero (300 MW), Forestalia va de la mano del fondo de inversión danés Copenhagen Infrastructure Partners (CIP)
  • además está apunto de culminar el cierre financiero de otros más de 100 MW y habría que sumar los adjudicados en fotovoltaica

Paralelamente, X-Elio, compañía especializada en desarrollo, diseño, construcción, mantenimiento y operación de plantas fotovoltaicas, se ha malvendido. Hasta el pasado martes, era propiedad del fondo de capital riesgo KKR en un 80% y de Acek (compañía de la familia Riberas, que también es dueña de Gestamp) en un 20%, pero ahora se repartirá al 50% entre KKR y la multinacional canadiense Brookfield. Esta última se ha hecho con su parte por 500 millones de dólares (poco más de 443 millones de euros), tras una larga puja en la que se llegó a hablar de un precio superior a los 1.000 millones de dólares (unos 886 millones de euros) y en la que se han retirado tres de los cinco posibles compradores (las españolas Iberdrola y Repsol, y la japonesa Orix). Al final, Brookfield ha ganado el pulso al fondo australiano Macquarie, pero por menos de la mitad de lo que se barajaba en un principio.